jueves, 17 de junio de 2021

6 DE JULIO

 2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. Génesis 32,23-33.

23Todavía de noche se levantó, tomó a las dos mujeres, las dos criadas y los once hijos y cruzó el vado del Yaboc. 24A ellos y a cuanto tenía los hizo pasar el río. 25Y se quedó Jacob solo.
                26Un hombre peleó con él hasta despuntar la aurora. Viendo que no le podía, le golpeó la cavidad del muslo; y se le quedó tiesa a Jacob la cavidad del muslo mientras peleaba con él.
27Dijo:
-Suéltame, que despunta la aurora.
Respondió:
-No te suelto si no me bendices.
28Le dijo:
-¿Cómo te llamas?
Contestó:
-Jacob.
29Repuso:
-Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, pues has luchado con dioses y hombres y has podido.
30Jacob a su vez le preguntó:
-Dime tu nombre.
Contestó:
-¿Por qué preguntas por mi nombre?
Y lo bendijo allí.
31Jacob llamó al lugar Penuel*, diciendo:
-He visto a Dios cara a cara, y he salido vivo.
32Salía el sol cuando atravesaba Penuel; y marchaba cojeando 33(por eso los israelitas no comen el tendón del muslo de la cavidad del muslo, hasta hoy; porque Jacob fue herido en la cavidad del muslo, en el tendón del muslo).

Explicación.

32,23-24 Aprovecha la noche para hacer pasar el vado a sus numerosos rebaños; él dirige la operación. Cuando termina la operación y podría tumbarse a descansar lo poco que le queda de la noche, sobreviene un incidente imprevisto, el asalto de un desconocido valiéndose de la última oscuridad.

32,23-25 El paso del torrente es el paso decisivo: Jacob se adentra, se arriesga en territorio controlado por su hermano. Es un acto valeroso, de confianza en el Dios de Betel.

32,25-33 Es un relato capital y difícil. En la primera lectura hay que dejarse impresionar por el tono misterioso, el enunciado escueto, las correspondencias, los silencios. Pelean los dos: uno vence, pero sale marcado (motivo de folclore). Se preguntan mutuamente los nombres: uno lo dice y se lo cambian, el otro se lo calla, pero bendice. Varios nombres se van explicando: el lugar Yaboc consuena con Jacob y con ye´abeq = pelear; Israel significa luchar con Dios, Penuel es rostro de Dios. Empieza en la oscuridad, avanza la aurora, al final es el día. Creo que el autor ha despojado su relato porque no buscaba la claridad plena para un encuentro misterioso (como los de Moisés y Elías, Éx 33-34 y 1 Re 19). El autor quiere esbozar el encuentro de su personaje con Dios. Quiere decir sin propasarse, quiere revelar velando. Le da la forma de una pelea cuerpo a cuerpo y un diálogo entrecortado.

            En tiempos y culturas antiguas la pelea puede tomar formas míticas o legendarias: el dios tiene figura humana, el héroe tiene proporciones y fuerzas gigantescas; el dios está limitado al tiempo de las tinieblas; el hombre lo vence con una artimaña y le arranca una concesión. En una religión más exigente es quizá Dios quien doblega al hombre, aunque se deja retener por él; Dios mismo provoca al hombre a la pelea, a la búsqueda insatisfecha, al esfuerzo tenaz, para bendecirlo al final. Es una religiosidad más depurada la pelea es por el nombre: el auténtico y limpio, no el gastado y vaciado por el uso y el abuso humanos. Y hay que quedarse a solas y pelear de nuevo con el ser misterioso, para escuchar su nombre, fresco, recién pronunciado, por él mismo. Esta vez Dios bendice y calla su nombre. Pero haber oído su palabra, haber sentido su contacto es ya descubrimiento de su presencia. De la lucha sale el hombre cojeando, el pobre peregrino hacia la tierra prometida.

32,26 El personaje se llama ´is = hombre, individuo. Tiene forma humana, apreciable al duro tacto en la oscuridad, tiene voz humana. No se identifica. Es llamativa la ausencia de sujetos identificados en el diálogo, contra la costumbre hebrea. Al final Jacob identifica al personaje ya desaparecido: era Dios. Éx 33, 18-23 + 34,6-8; 1 Re 19,11-13; Job 42,5.

32,27 Es frecuente en el folclore que el rayar del alba rompa el encanto o deje impotente al personaje sobrehumano.

32,29 El cambio de nombre se basa en una etimología popular. Será destino de Israel en la historia -de todo hombre- luchar con Dios. A ello alude el "israelita sin dolo" de Jn 1,43-45.
          Hay que escuchar la resonancia de "rostro" o cara en el final. Puede compararse este relato con Jue 13,16-18. A esta escena parece aludir Heb 5,7 a través de Os 12,5.

32,30 Jue 13,16-18.

32,31* = Rostro de Dios. Dt 34,10.

SALMO. 17,1-3.6-8.15

(Sal 7; 9-10)

1 Escucha, Señor, mi causa,
atiende a mi clamor,
presta oído a mi súplica;
que en mis labios no hay engaño.
2 Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
3 Aunque sondees mi corazón
y la inspecciones de noche
y lo pruebes a fuego,
no me hallarás malicia.
Mi boca no ha faltado.
 6 Yo te llamo porque me respondes,
inclina tu oído y escucha mi palabra.
7 Haz prodigios de lealtad,
tú que salvas de los levantiscos
a quienes se refugian a tu diestra.
8 Guárdame como a la niña de los ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme
 15 Y yo por mi inocencia, veré tu rostro,
al despertar me saciaré de tu semblante.

Explicación.

 17,1 "No hay engaño": aunque defensor y testigo de sí, merece fe.

17,2 El juez debe corresponder con la "rectitud" de miras. Para la "sentencia" véanse Os 5,1; Hab 1,4.7; Is 42,1.3.

17,3 Dios se acerca a la intimidad del hombre en el silencio de la noche, porque el hombre se abre o porque Dios lo abre: cfr. Sal 4,5; 16,7.

17,3b-5 Cabe otra distribución de las sentencias con el consiguiente cambio de sentido: haciendo complemento "las palabras" o "las sendas tiránicas". En conjunto menciona labios y pisadas, lenguaje y conducta.

 17,6 Es clásica la correlación "llamar - responder"

17,7 "Levantiscos"; la forma hebrea es única, formada de la raiz qwm = levantarse; ¿contra Dios o contra la autoridad humana? Más bien lo segundo, porque Dios es invocado como instancia superior.

17,8 "Como a la niña de los ojos" se lee aquí, en Dt 32,10 y Eclo 17,22. De lo judicial se salta a lo personal. Para el israelita el ojo es órgano del ver, sede del apreciar, y ver la luz es símbolo de vivir. "La sombra de las alas" es corriente: Sal 36,8; 57,2; 63,8 etc.

17,15 En cuanto a él, tiene otra "saciedad", que es "contemplar el rostro" de Dios, en un extraño banquete matutino. Una experiencia espiritual inefable recurre a símbolos de relaciones humanas.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Los comentaristas antiguos dicen: voz de Jesucristo en la pasión, de la Iglesia en la persecución. Y el verso final lo aplican a la resurrección.

EVANGELIO. Mateo 9,32-38.

32 Mientras salían los ciegos, le presentaron a un endemoniado mudo.
33 Echó al demonio y el mudo habló. La multitud decía admirada:
                   - Jamás se ha visto cosa semejante en Israel.
                   34 En cambio, los fariseos decían:
                   - Echa a los demonios con poder del jefe de los demonios.
35 Recorría Jesús todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la buena noticia del Reino y curando todo achaque y enfermedad.
                   36 Viendo a las multitudes, se conmovió, porque andaban maltrechas y derrengadas como ovejas sin pastor.
37 Entonces dijo a sus discípulos:
                   - La mies es abundante y los braceros pocos; por eso,
38 rogad al dueño que mande braceros a su mies.

EXPLICACIÓN.

32 - 34.          El mudo, nuevo símbolo de Israel que se cierra en sí mismo; alusión a Is 35,5.10. Dos reacciones: las multitudes reconocen la novedad de Jesús; los fariseos consideran que oponerse al privilegio y exclusivismo de Israel es propio de los enemigos de Dios.

Nueva sección. Sumario de la actividad de Jesús (cf. 4,23) (35). Como ovejas sin pastor, cf. Nm 27,17; nadie se ocupa del pueblo. Situación desesperada. La petición al Padre (38) hará tomar conciencia de la necesidad. No hay en Mt institución de los Doce; representan al nuevo Israel, a todos los que han aceptado el programa de Jesús (5,3-10).

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. 1 Corintios 6,13-15.17-20

13-La comida es para el estómago y el estómago para la comida, y, además, Dios acabará con lo uno y con lo otro.
           -Pero el cuerpo no es para la lujuria, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo, 14pues Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder.
          15¿Se os ha olvidado que sois miembros de Cristo?, y ¿voy a quitarle un miembro al Mesías para hacerlo miembro de una prostituta? ¡Ni pensarlo! 
17En cambio, estar unido al Señor es ser un Espíritu con él. 18Huid de la lujuria; cualquier prejuicio que uno cause queda fuera de uno mismo; en cambio, el lujurioso perjudica a su propio cuerpo.
          19Sabéis muy bien que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros porque Dios os lo ha dado. 20No os pertenecéis, os han comprado pagando; pues glorificad a Dios con vuestro cuerpo.

Explicación.

El objetor afirma que las funciones naturales no son objeto de juicio moral (diferencia con el judaísmo en la cuestión de los alimentos). Pablo destaca que  el cuerpo (la persona en cuanto activa) tiene un vínculo indisoluble con el Señor y que no es algo perecedero, como la necesidad de comer, sino que está destinado a vivir para siempre (13-14).

             Las palabras de Gn 2,24: serán un solo ser ("una sola carne"), eran interpretadas por los rabinos como la creación de una unidad física. En ese sentido, quien se une a una prostituta degrada su propia persona (15-18); con eso profana el templo del Espíritu y es infiel a su dueño, del que es propiedad todo entero (19-20).

Salmo. 31,3-4.6.8.16-17

3 Préstame oído, ven aprisa a librarme,
sé mi roca de refugio, mi alcázar salvador;
4 que mi peña y alcázar eres tú:
por tu nombre dirígeme y guíame;

6 En tu mano encomendaba mi vida:
y me libraste, Señor, Dios fiel.

8 Festejaré, celebraré tu lealtad,
pues te fijaste en mi aflicción
velaste por mi vida en peligro.

16 En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen.
17 Muestra a tu siervo tu rostro radiante,
sálvame por tu lealtad.

Explicación.

31, 2b-5. Se adensa la súplica en siete imperativos de liberación y cuatro sustantivos que componen un espacio metafórico militar o cinegético. El orante se imagina como animal indefenso, acosado por cazadores que intentan matarlo; salta a una peña, busca una roca, cae en la red; alguien lo saca y conduce a lugar seguro (véase v.9). Cabe también la imagen militar recordando las aventuras de David huido por las montañas: 1 Sm 22,4s; 24,23. El paso de una imagen a otra es fluido, las imágenes pierden precisión. "Por tu nombre": puede ser también título o fama; el orante no alega méritos propios, sino peligros, y la fama o prestigio de Dios.

31,6-9. Los verbos del orante. El hifil de pqd es confiar un depósito a un guardián (Lv 5,21.23). Implica que el guardián es fiel (6b) y que uno se fía de él (7b). El orante deposita, no una propiedad preciosa, sino el "aliento" o vida o espíritu (cfr. Nm 27,16). En fuerte contraste están (a la letra) "quienes guardan soplos vanos" (Jn 2,9). Con los verbos del Señor podemos componer una secuencia: libró - se fijó - se ocupó no entregó - estableció. Verbos ricos de paralelos. P. ej. "fijarse en la aflicción": Ex 3,7; 4,31; Dt 26,7; "entregar en poder" 1 Sm 23,11 "establecer", con resonancia de nombrar: Sal 18,34; 30,8. El "espacio" se opone a la estructura (de 8b y 10a). Llamar a los ídolos "soplos" se encuentra en Dt 32,21 y es corriente en Jr.

31,16 "Azares". La temporalidad, que se va gastando medida en años (11), ahora se mide en horas o instantes. Toda la vida, desmenuzada y cambiante, mantenida en su cambio y continuidad por Dios.

31,17 "Iluminar el rostro" es mostrarlo benévolo, como el sol un día sereno. La expresión es propia de la bendición (Nm 6,25) y de la súplica: Sal 67,2; 80,4.8.20. Si antes (2) invocaba la justicia, ahora invoca la "lealtad" o misericordia, su correlativa.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El salmo se ha hecho famoso porque el v.6 lo pone Lucas en boca de Cristo agonizante (23,46) y luego en boca de Esteban mártir (Hch 7,59). Dios recibe en depósito una vida, que no se perderá. En la misma línea se puede leer el v.16, y de ahí se extiende a la lectura cristológica y eclesiológica; sólo que corrigiendo el v.18, pues ni Jesús ni esteban piden la muerte de sus enemigos.

Evangelio. Juan 12,24-26

24. Sí, os lo aseguro: Si el grano de trigo una vez caído en la tierra no muere, permanece él solo; en cambio, si muere, produce mucho fruto.
25. Tener apego a la propia vida es destruirse, despreciar la propia vida en medio del orden este es conservarse para una vida definitiva.
26. El que quiera ayudarme, que me siga, y así, allí donde yo estoy, estará también el que me ayuda. A quien me ayude lo honrará el Padre.

Explicación.

La hora final, la de su muerte, manifestará su gloria/amor y permitirá la misión. No se produce vida/fruto sin da la propia (24); amar es darse sin escatimar, hasta desaparecer, si es necesario. Solamente el don total libera las capacidades del hombre. Esta muerte no es un suceso aislado, sino la culminación de un proceso de donación de sí mismo. La fecundidad no depende de la transmisión de una doctrina, sino de una muestra extrema de amor (si no muere, permanece él solo). Sólo quien no teme a la muerte (25) puede entregarse hasta el fin, llevando su vida a su completo éxito. Infundir temor, la gran arma del orden injusto; el apego a la vida lleva a todas las abdicaciones. Ser discípulo significa colaborar en la tarea de Jesús (26), aun en medio de la hostilidad y persecución; el que colabora se encuentra, como Jesús, en la esfera del Espíritu, en el hogar del Padre (7,34; 8,29). El hombre libre posee su vida, su presente, y en cada presente puede entregarse del todo: la entrega total en cada momento es el significado de “morir”. Lo honrará el Padre, como a hijo.

SÍNTESIS.

Se oponen dos concepciones de la salvación: la del pueblo, que concibe al Mesías en términos de poder y realeza humana; la de Jesús, que la pone en la plenitud del hombre, en la entrega por amor. La multitud no quiere un Mesías que los haga libres para llegar a la plenitud humana, sino a uno a quien obedecer, eximiéndose de la responsabilidad. No quieren libertad responsable, sino sumisión a un poderoso que se encargue de arreglar la sociedad.

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