lunes, 25 de enero de 2021

20 DE MARZO

PRIMERA LECTURA. Jeremías 11,18-20.

De las confesiones de Jeremías (Jr 15,10-21; 17,14-18; 18,18-23; 20,1-18). 1. 
Comienza la persecución.

18El Señor me enseñó
y me hizo comprender lo que hacían*:
12 6" También tus hermanos y tu familia
te son desleales, también ellos
te calumnian a la espalda;
no te fíes aunque te digan buenas palabras".
11 19 Yo, como cordero manso
llevado al matadero, no sabía
los planes homicidas
que tramaban contra mí:
"Cortemos el árbol en su lozanía,
arranquémoslo de la tierra de los vivos,
que su nombre no se pronuncie más".
20Pero tú, Señor de los ejércitos,
juzgas rectamente,
sondeas las entrañas y el corazón;
a ti he encomendado mi causa,
que logre desquitarme de ellos.

Explicación.

11,18 *Desde el 11,18 al 12,6 cambia el orden de los versículos.

11,18-23. Encajaría muy bien aquí Jr 12,6.3. Aceptamos con varios autores la transposición de dos versos, en busca de su contexto lógico.
 
Aquí comienzan las "confesiones de Jeremías": irrupciones líricas, rasgos de autobiografía y relatos biográficos se van entretejiendo con el destino del pueblo. La persecución pudo comenzar a raíz del discurso sobre el templo (7 y 26). Incluso los parientes (Miq 7,6; Sal 50,20) y paisanos se vuelven contra el profeta incómodo. Primero con la "calumnia a la espalda" (6,28; 9,3); más tarde intimidando con amenazas de muerte (el texto parece condensar varias etapas).
 
En medio de la hostilidad, el profeta está solo con el Señor, su amo y confidente: él informa al ingenuo, a él acude el perseguido, él sentencia a los culpables. En vez de autobiografía, Jeremías nos lega apuntes de oración personal.

11,19. Del cordero se toma la inocencia indefensa, sin alusiones sacrificiales. La imagen pudo inspirar a Is 53 y pasó a ocupar un puesto central en Ap. La imagen vegetal es tradicional (Sal 1; 92,13-15; 128,3 etc). Si Jeremías no tenía hijos, con su muerte se extinguía su nombre.

11,20. "Sondeas"; 6,27; 9,6; 17,10; 20,12; Sal 139,23 etc; lo ha demostrado descubriendo los planes de los parientes.       

SALMO. 7,2-3.9-12.

2. Señor, Dios mío, a ti me acojo:
Sálvame de mis perseguidores y líbrame,
3. para que no me atrapen como un león
Y me desgarren sin remedio.

9. –el Señor es juez de los pueblos-.
Júzgame, Señor, según mi justicia,
según mi honradez, a mi favor.
10. Cese la maldad de los culpables
y apoya al inocente,
tú que sondeas corazón y entrañas,
Dios justo.
11. Mi escudo está en un Dios
que salva a los hombres rectos.
12. Dios es un juez justo,
Dios sentencia * cada día.


Explicación.

7,2-3 El peligro es grave, está en juego la vida, y sólo el Señor puede librarlo. La imagen del león delata lo que de bestial y feroz se esconde en el hombre y aflora en su conducta.

7,9b Véase el desarrollo de Sal 26, 1-3 y compárese con Sal 35,24.

7,10a Cesa por intervención del juez, y el inocente logra la estabilidad.

7,10b Toca al juez averiguar: Dt 19,18. Dios ve más allá de los hechos porque penetra las conciencias: Prov 15,11; 17,3; 21,2. “Entrañas”: a la letra “riñones”, sede de las pasiones.

7,11 Del caso personal sube al principio general.

7,12-14. Parece afirmar dos contrarios: la puntualidad de “cada día” y el dar tiempo para la conversión. La ejecución salta a la imagen bélica, y antes se pronuncia un ultimátum: cfr. Dt 20,10-13; 32,41s.

7,12 * O: condena.


TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Partimos de 1 Pe 2,23; en 5,8 compara al diablo con un león. Mt 25,32 presenta al juez universal escatológico. 


EVANGELIO. Juan 7,40-53.

40. Al oír estas palabras, algunos de la multitud decían:
-Ciertamente éste es el Profeta.
41. Decían otros:
-Éste es el Mesías.
Pero aquellos replicaban:
-¿Es que el Mesías va a venir de Galilea?
42. ¿No dice aquel pasaje que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?
43. Se produjo división entre la gente a propósito de él.
44. Algunos de ellos querían prenderlo, pero nadie le puso las manos encima.
45. Volvieron entonces los guardias adonde estaban los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos le preguntaron:
-¿Se puede saber por qué no lo habéis traído?
46. Replicaron los guardias:
-Nunca hombre alguno ha hablado así.
47. Les replicaron los fariseos:
-¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar?
48. ¿Es que alguno de los jefes le ha dado su adhesión o alguno de los fariseos?
49. En cambio, esa plebe que no conoce la Ley está maldita.
50. Los interpeló Nicodemo, el que había ido a verlo al principio, y que era uno de ellos:
51. -¿Es que nuestra Ley condena a un hombre sin antes escucharlo y averiguar lo que hace?
52. Le replicaron:
-¿Es que también tú eres de Galilea? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas.


EXPLICACIÓN.


División de opiniones en el pueblo (40-41a); dos son positivas, pero un grupo niega el mesianismo de Jesús, basándose en el pretendido origen y lugar de nacimiento. El evangelista no decide; para él, lo único importante es la misión divina (41b-43). Tercer grupo, hostil a Jesús (44).

La vuelta de los guardias con las manos vacías (45) provoca la indignación de los fariseos. Impresión de los guardias (46) y exasperación de los fariseos (47); tachan a Jesús de impostor (engañar); según ellos, la opinión oficial es normativa para todos; los individuos no tienen derecho a formarse un juicio (cf. 7,13.26). Desprecio del pueblo, maldito, porque no conoce la Ley y no puede practicarla; sólo quienes estudian pueden estar a bien con Dios; religión de élite. Confunden el conocimiento de la Ley con el conocimiento de Dios (49). Nicodemo, fariseo (3,1), apoyándose en la Ley, exige un juicio justo (Dt 1,16-17) (50-51); son las obras (lo que hace), no los prejuicios, las que han de decidir. No se da cuenta de que los fariseos han hecho de la Ley un instrumento de injusticia (cf. 19,7). Invectiva a Nicodemo (52): No responden a la cuestión que ha planteado, no atienden a razones; quieren insultar a Nicodemo (galileo, como Jesús); lo tachan de ignorante (Estudia) (para un profeta de Galilea, cf. 2 Re 14,25). Están obnubilados por su aversión a Jesús. Ni consideran la posibilidad de que sea el Mesías (un profeta).


SÍNTESIS.


Ante la ruina que amenaza, por la situación de injusticia y opresión existente, Jesús propone su alternativa: la nueva comunidad humana. El único principio para construirla es el amor leal. Para ello hace falta un hombre nuevo, el que ha sido completado con la capacidad de amar hasta el fin.

Jesús se ha presentado como la Sabiduría. Pero lo que él comunica no es un saber teórico, sino el Espíritu, vida y fuerza de amor. El conocimiento que da el amor saca de la ambigüedad a toda sabiduría, impidiéndole convertirse en culto de sí mismo y en instrumento de opresión. La única respuesta de los dirigentes es la violencia.


Nota crítica.- La perícopa 7,53-8,11, que contiene el episodio de la adúltera, aunque ciertamente conserva un relato muy primitivo, no pertenece al Evangelio de Juan. No se encuentra en los mejores testigos del texto, en los codd. que la contienen no ocupa siempre el mismo lugar, el vocabulario que en ella aparece no corresponde al de Jn, y ningún Padre griego la comenta. Un documento la atribuye al Evangelio de Lucas.

19 DE MARZO

 Primera Lectura. 2 Samuel 7,4-5.12-14.16.

4Pero aquella noche recibió Natán esta palabra del Señor:
5-Vete a decir a mi siervo David: Así dice el Señor: "¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? 12Y cuando hayas llegado al término de tu vida y descanses con tus antepasados, estableceré después de ti una descendencia tuya, nacida de tus entrañas, y consolidaré tu reino. 13Él edificará un templo en mi honor y yo consolidaré su trono real para siempre. 14Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes, como suelen los hombres; 16tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu  trono permanecerá por siempre".

Explicación.

7,12 La fórmula resulta un poco ambigua, sobre todo por la inserción del v.13. Este verso se refiere directamente a Salomón, descendiente en sentido singular. En cambio, la promesa se refiere a la descendencia, como la promesa hecha a Abrahán (Gn 12,7; 15,18; 17,7-10), que se individualiza en 21,13.

7,14 Fórmula de adopción o de elección, que resuena en Sal 2 y 110.

7,16 Is 9,6; Lc 1,32s.

Salmo. 89,2-5.27.29.

2La lealtad del Señor cantaré eternamente,
anunciaré de edad en edad tu fidelidad.
3Afirmo: Tu lealtad está construida en los cielos,
en ellos está firme tu fidelidad:

4-He sellado una alianza con mi elegido,
jurando a David mi siervo:

5«Te fundaré un linaje perpetuo
y te construiré un trono para todas las edades». 
27EI me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca de salvación».  

29Le guardaré lealtad eterna 

y mi alianza con él será estable. 

Explicación.
89,2-3 El orante enuncia su programa: un canto para la posteridad, perdurable como el tema que trata y como su garantía celeste.
89,4-5 Sin introducción suenan palabras de Dios. Toma la iniciativa, elige como vasallo a David, le otorga con juramento (2 Sm 3,9; Sal 110,4; 132,11) una alianza, para él y sus sucesores en el trono. 
89,27-28 Como título supremo, el rey de Israel es llamado hijo de Dios y puede invocar personalmente al Señor como Padre: Sal 2,7; 2 Sm 7,14. Este salmo añade un matiz: "primogénito". Lo que es el pueblo hebreo entre otros pueblos (Ex 4,23), lo es su rey entre los reyes. No por precedencia cronológica, sino por elección y nombramiento divinos.
89,29-30 La lealtad del Señor desborda la vida de David, de cada monarca, asegura una descendencia y un trono. La afirmación va más allá de una mera continuidad y establece una medida cósmica para la fidelidad del Señor y la duración del trono; véanse Sal 45,7; Is 55,3. 
Transposición cristiana.
 Ya durante la economía antigua se leyó el salmo en clave mesiánica, y así lo han leído los cristianos. Parte del v. 21 se cita en Hch 13,22; 28b se cita en Ap 1,5. Más importantes son las relaciones temáticas: el título de Mesías, la unción, la relación Hijo / Padre, el título de primogénito (Rom 8,29; Col 1,15.18 Ap 1,5; Heb 1,6). Y para meditar el tema de la fidelidad, tenemos Rom 1,5.8; 2 Tim 2,11-13. 


Segunda Lectura. Romanos 4,13.16-18.22

13Porque la promesa hecha a Abrahán y a su descendencia, de que su herencía sería el mundo, no suponía la observancia de la Ley, sino la rehabilitación obtenida por la fe.
        16Ésa es la razón de que la promesa dependa de la fe, para que, siendo gratuita, esté segura para toda la descendencia; no sólo para la descendencia que sigue la Ley, sino también para la que sigue la fe de Abrahán. Que él es nuestro padre común, 17lo dice la Escritura: "Te he destinado a ser padre de todos los pueblos" (Gn 17,5).
          Fue al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a lo que no existe cuando creyó Abrahán. 18Esperar cuando no había esperanza fue la fe que lo hizo padre de todos los pueblos, conforme a lo que Dios le había dicho: "Así será tu descendencia" (Gn 15,5).  22Precisamente por eso "le valió la rehabilitación".

Explicación.

La promesa es gratuita, y lo mismo su contenido; una herencia depende sólo de la voluntad del testador, no de la actividad del beneficiario. Si la promesa dependiese del cumplimiento de una Ley que nadie cumple sería ilusoria (13-15). Promesa gratuita. Abrahán, antepasado de todos los que se apoyan en la fe (Gn 17,5) (16-17a). Fe/confianza invencible de Abrahán. Poder de Dios creador de novedad, capaz de romper los determinismos que encadenan al hombre (17b-22).

Evangelio: 2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN. Mateo 1,16.18-21.24

16 y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado el Mesías.

18 Así nació Jesús el Mesías: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
19 Su esposo, José, que era hombre justo y no quería infamarla, decidió repudiarla en secreto.
20 Pero, apenas tomó esa resolución, se le apareció en sueños el ángel del Señor, que le dijo:
                       - José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte contigo a María, tu mujer, porque la criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo.
21 Dará a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

  24 Cuando se despertó José, hizo lo que le había dicho el ángel del Señor y se llevó a su mujer a su casa;

Explicación.

En Jesús Mesías va a culminar la historia de Israel. Mt arregla las generaciones para establecer seis septenarios o "semanas de generaciones". Jesús, el Mesías, comienza la séptima semana, que representa la época final, dentro de la historia, para Israel y para la humanidad. La octava será el mundo futuro.

Nacimiento virginal por obra del Espíritu Santo: nueva creación, que supera la descrita en Gn 1,1ss. En Jesús, la creación del hombre alcanza su plenitud: es al mismo tiempo novedad absoluta y culminación de un proceso histórico. Justo (19): israelita fiel a los mandamientos de Dios, figura del "resto de Israel". Por su amor o fidelidad a Dios (22,37) quiere cumplir la Ley, que lo obligaba a repudiar a María; su amor al prójimo (22,39) le impedía infamarla. De ahí su decisión (19). Jesús (21) (Dios salva) =Josué, el que introdujo al pueblo en la tierra prometida. Salvar de los pecados, de un pasado de injusticia. Emmanuel (23), Dios con nosotros: no un mero enviado divino, sino presencia de Dios en la tierra.

2ª OPCIÓN. Lucas 2,41-51

41 Sus padres iban en peregrinación cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
42 Cuando Jesús había cumplido doce años subieron ellos a la fiesta según la costumbre,
43 y cuando los días terminaron, mientras ellos se volvían, el joven Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.
44 Creyendo que iba en la caravana, después de una jornada de camino se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
46 A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas.
48 Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!
49 Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho.
51 Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria.

EXPLICACIÓN.

María y José, exactos cumplidores de la Ley (41). A los doce/trece años el niño entraba a formar parte de la comunidad judía y estaba sujeto a la Ley (42). Jesús demuestra su independencia (43). Joven, muchacho, no ya niño (cf. 2.17.27.40: "niño"; 2,12.16: "niño de pecho").

Jesús en una escuela del templo (46). Única vez que Lc llama maestros a los doctores judíos (cf. 5,17.21.30; 7,30); por el momento, es la única enseñanza que existe en Israel; los recaudadores llamarán "maestro a Juan Bautista (3,12); con la manifestación del Mesías caducará la enseñanza judía (7,40; 8,49, etc.) Jesús joven escucha, pregunta y responde como alumno; los asombra con su inteligencia (47: cf. 2,40, "saber"); conoce la tradición de Israel; su ruptura con ella se deberá a su conocimiento crítico.

Reproche de la madre (48). Tu padre, fuerza del vínculo legal y papel que se atribuye a José como educador. No conciben que el Mesías pueda separarse de la tradición representada por ellos: Jesús habla por primera vez en Lc (49) y corrige el dicho de María: él tiene otro Padre. No es el templo como tal (19,46: "cueva de bandidos") el lugar de la presencia divina; ésta queda solamente en la antigua Escritura (lo que es de mi Padre). Tengo que estar: designio divino sobre él. Al llamar a Dios "su Padre", Jesús se independiza de los suyos y rompe con la integración en la cultura religiosa de Israel que éstos han querido efectuar.

No entienden las palabras de Jesús (50). Su autoridad ha quedado relativizada, pero aún no ha llegado el momento de que Jesús manifieste su libertad. María sigue almacenando recuerdos /cf. 2,19), pero sigue sin comprender su significado (51).

18 DE MARZO

 PRIMERA LECTURA. Éxodo 32,7-14.

7El Señor dijo a Moisés:
-Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. 8Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: "Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto".
9Y el Señor añadió a Moisés:
10-Veo que este pueblo es un pueblo testarudo. Por eso déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti sacaré un gran pueblo.
11Entonces Moisés aplacó al Señor, su Dios, diciendo:
-¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto con gran poder y mano robusta? 12¿Tendrán que decir los egipcios: "Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra? Desiste del incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. 13Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: "Multiplicaré vuestra descendencia como las entrañas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia, para que la posea siempre".
14Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.

Explicación.

32,7. Con un audaz cambio de enfoque, el narrador nos traslada del valle a la montaña: del barullo de la danza a la soledad encumbrada de Moisés. Dios informa a Moisés de lo que está sucediendo allá abajo. Cambia sutilmente las fórmulas: "tu pueblo... el que tú sacaste...", como distanciándose de la elección y la liberación; al mismo tiempo que hace sentir a Moisés que es miembro de ese pueblo, al que está ligado por la salida de Egipto.

32,8. Es un agravante que hayan cometido el delito tan pronto, apenas nacido como pueblo de Dios. "Novillo" es quizá nombre despectivo aplicado al toro (cfr. Sal 106,19s).

32,9-10. Establecida la culpa, se pronuncia la sentencia: Dios propone a Moisés un nuevo plan para el futuro. Anulará la elección y aniquilará al pueblo, pues no hay esperanza de conversión auténtica. La ira que arde es castigo definitivo, arde hasta consumir. Pero la historia continuará recomenzando en Moisés la elección de Abrahán: "de ti sacaré un gran pueblo" (Gn 12,2). El plan se somete a la aprobación de Moisés: "déjame...", lo cual es darle poder histórico, enfrentarlo con una gran decisión. Rompiendo con su pueblo, Moisés será padre de un nuevo pueblo. Y ¿si no rompe con su pueblo?, ¿puede Dios aniquilar también a Moisés? Moisés comprende que ese "déjame" es conferirle y revelarle un poder y es pedirle que no le deje...

32,11. Como Abrahán intercedía a favor de Lot, así ahora Moisés intercede a favor de su pueblo, y su intercesión desborda la alianza. Moisés retuerce las fórmulas: "tu pueblo..., el que tú sacaste...".

32,12. El primer argumento de Moisés es que está empeñada la fama del Señor y su compromiso con la tarea comenzada. La fama es el buen "nombre", que también los extranjeros deben respetar (santificar). Al ver el desenlace de la "liberación", la aniquilación del pueblo fugitivo, los egipcios profanarán el nombre del dios de los hebreos, de Yhwh. Véase el análisis de Ez 36,20-23.

32,13. El segundo argumento es más fuerte: la liberación no ha comenzado en Egipto, sino con la salida de Abrahán; no se basa sólo en la alianza, sino en la promesa. Según esa promesa, Dios se ha comprometido a no romper la historia, sino a continuarla en la descendencia de Abrahán. Destruido el pueblo, queda Moisés como descendiente único -como un nuevo Noé-, continuador y nuevo comienzo. Pero si Moisés se solidariza con la suerte de su pueblo y Dios lo hace morir, la promesa y el juramento de Dios se frustran; cosa imposible. Moisés se solidariza con su pueblo, no acepta la excepción (más explícito en v.32) y así intercede eficazmente por el pueblo.
La mención explícita de los patriarcas atrae su figura al presente contexto. Así apreciamos que la alianza del Sinaí no se basta. Siendo bilateral, al ser quebrantada por una de las partes, se quiebra. Necesita un punto de apoyo, externo y más fundamental: es la promesa. La doctrina que desarrollará Pablo se encuentra aquí en germen. La promesa es unilateral y se basa en la misericordia generosa del Señor.

32,14. El resultado es que Dios perdona; Moisés no "le ha dejado". Esto lo llama el Sal 106,23 "plantarse en la brecha". La última palabra es "su pueblo".    

SALMO. 106,19-23.

19En Horeb fabricaron un becerro
y adoraron un ídolo de fundición. 
20Cambiaron su gloria por la imagen 
de un toro que come hierba.
21Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto, 
22m ara villas en el país de Cam, 
portentos junto al Mar Rojo. 
23Hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se plantó en la brecha frente a él
para apartar su cólera del exterminio. 

Explicación.

106,19-21 Cuarto pecado: el becerro de oro (Ex 32). El salmista lo atribuye al olvido: no hay tal olvido en el relato del Ex, antes una mención explícita (Ex 32,4). Cambia, además, el sentido del pecado. Según Ex era representar a Yhwh en imagen; según el salmo fue sustituir la Gloria sin imagen por la imagen de un "herbívoro" (despectivo). La intercesión de Moisés (Ex 32,11-14) la llama "ponerse a la brecha". El delito ha abierto una brecha en el campamento, en la muralla espiritual del pueblo; por ella va a abalanzarse la ira aniquiladora del Señor. Moisés se planta y cierra el paso a la cólera: véase Ez 13,5.  

Transposición cristiana.
El salmo nos enseña a solidarizarnos en el pecado con la comunidad y con los antepasados. El salmo es parte de nuestra historia. La redención de Cristo no ha dado un corte que interrumpa esa humilde solidaridad. También nos enseña a practicarla dentro de la historia de la Iglesia. 

EVANGELIO. Juan 5,31-47.

Testigos a favor de Jesús. (5,31-47)

31. Si yo fuera testigo en causa propia, mi testimonio no sería válido.
32. Otro es el testigo en mi causa, y me consta que es válido el testimonio que da sobre mí.
33. Vosotros enviasteis a interrogar a Juan, y él dejó testimonio en favor de la verdad.
34. No es que yo acepte el testimonio de un hombre; lo digo, sin embargo, para que os salvéis vosotros.
35. Él era la lámpara encendida que brillaba, y vosotros quisisteis por un tiempo disfrutar de su luz.
36. Pero el testimonio en que yo me apoyo vale más que el de Juan, pues las obras que el Padre me ha encargado llevar a término, esas obras que estoy haciendo, me acreditan como enviado del Padre;
37. y así el Padre que me envió va dejando él mismo un testimonio en mi favor.
Nunca habéis escuchado su voz ni visto su figura,
38. y tampoco conserváis su mensaje entre vosotros; la prueba es que no dais fe a su enviado.
39. Vosotros estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida definitiva; son ellas las que dan testimonio en mi favor,
40. y, sin embargo, no queréis acercaros a mí para tener vida.
41. Gloria humana, no la acepto;
42. pero sé muy bien que vosotros no tenéis el amor de Dios.
43. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me aceptáis; si otro viniese en su propio nombre, a ése lo aceptaríais.
44. ¿Cómo os va a ser posible creer a vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que se recibe de Dios solo?
45. No penséis que os voy a acusar yo ante el Padre; vuestro acusador es Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.
46. Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, dado que de mí escribió él.
47. Pero si no dais fe a sus escritos, ¿cómo vais a dar fe a mis palabras?

EXPLICACIÓN.
 
31-47. La situación se concibe figuradamente como un litigio en que Jesús, frente a un adversario, tiene que probar la validez de su causa (31). Jesús ha declarado que su actitud a favor del hombre es la única norma de conducta establecida por Dios, el único criterio para distinguir entre bien y mal. El adversario implícito es, pues, la Ley, que, según la opinión de todos, tenía a su favor el testimonio de Dios. Toca, pues, a Jesús aducir testimonios que corroboren su pretensión. Como lo que se discute es quien goza de autoridad divina –Jesús o la Ley- sólo Dios mismo puede dirimir la cuestión; por eso Jesús no acepta testimonios humanos, ni siquiera el de Juan (32-34).

El argumento único y decisivo de su misión divina es su propia actividad; no emplea dialéctica, aduce obras (5,17). Dios da testimonio a favor de Jesús a través de las obras que éste realiza. Quien conciba a Dios como dador de vida (Padre) tiene que concluir que las obras de Jesús, que efectúan el bien concreto del hombre comunicándole vida, son de Dios (Is 1,17; 58,6s; 61,1; Jr 21,11s; 22,15s; Ez 34,2-4; Sal 72,4.12-14).

Invectiva contra los dirigentes, pretendidos depositarios de la auténtica tradición. Endurecimiento inveterado (Nunca): han desobedecido a Dios (cf. Éx 19,5.89; 23,22), no han conservado su alianza (ver su figura, cf. Éx 24,27 LXX) y han dejado perder el mensaje de justicia/amor que ésta pretendía comunicar y que había sido renovado por los profetas.

Dos concepciones encontradas de Dios: el Padre, que ama al hombre y lo muestra dándole vida y libertad; el Dios de los dirigentes, el Soberano que impone un orden jurídico prescindiendo del bien concreto del hombre (37b-38).

Papel de la antigua Escritura, de la cual es parte la Ley que ellos han absolutizado: ser promesa y anuncio de la realidad que se verifica en Jesús. Considerarlas como fuente de vida en sí mismas, suprimiendo su relación esencial al futuro, impide comprender su verdadero sentido (39-40). Segunda invectiva: buscan su riqueza y prestigio (gloria que viene de Dios). Los que se dicen representantes de Dios carecen de la única credencial que les permitiría afirmarlo (41-42). Aceptarían a uno que fuese como ellos (43). Quienes no conocen el amor al hombre no puede dar la adhesión a Jesús (44). Moisés, realizador del éxodo, adquiere su pleno significado como figura que anunciaba la actividad liberadora de Jesús (45-47).

17 DE MARZO

PRIMERA LECTURA. Isaías 49,8-15.

8Así dice el Señor:
En tiempo de gracia te he respondido,
en día propicio te he auxiliado;
te he defendido y constituido alianza del pueblo;
para restaurar el país,
para repartir heredades desoladas,
9para decir a los cautivos: "Salid";
a los que están en tinieblas: "Venid a la luz";
aun por los caminos pastarán,
tendrán praderas en todas las dunas;
10no pasarán hambre ni sed,
no les hará daño el bochorno ni el sol;
porque los conduce el que los compadece
y los guía a manantiales de agua.
11Convertiré mis montes en caminos
y mis calzadas se nivelarán.
12Mirad, unos vienen de un país remoto;
mirad, otros del norte y del poniente,
y aquellos del país de Siene.
13Exulta, cielo; alégrate, tierra;
romped en aclamaciones, montañas,
porque el Señor consuela a su pueblo
y se compadece de los desamparados.
14-Decía Sión: "Me ha abandonado el Señor,
mi dueño me ha olvidado".
15-¿Puede una madre olvidarse de su criatura,
dejar de querer al hijo de sus entrañas?
Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.

Explicación.

49,8-13. Es casi una síntesis de la entera profecía: salida, camino transfigurado, llegada. Abarca los extremos, Babilonia y Sión. El tono es exultante y cordial.

49,8. Citado por Pablo en 2 Cor 6,2. Repartidor de la tierra como Josué. Es también mediador de la alianza, como Moisés.

49,10. Citado en Ap 7,16. "Compasivo": 49,10.13.15; 54,7.8.10; cfr. Éx 34,6.

49,12. Cambia el punto de vista: Bar 4,36-37; 5,5-6.          

SALMO. 145,8-9.13-14.17-18.

8EI Señor es clemente y compasivo,
paciente y misericordioso.
9EI Señor es bueno con todos,
se compadece de todas sus creaturas. 
13Tu reinado es un reinado eterno,
tu gobierno, de generación en generación.
14EI Señor sostiene a los que van a caer
y endereza a los que ya se doblan.
17EI Señor es justo en todos sus caminos,
es leal con todas sus creaturas.
18Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. 
Explicación.
145,8 Gon leve variante repite la fórmula litúrgica tradicional, cuyo lugar clásico es Ex 34,6.
145,9 Todo cuanto Dios ha creado es objeto de su bondad y digno de su compasión o cariño: léase Sab 11,24. 
145,11-13 Los versos centrales recogen el título inicial, "Rey mío" e insisten en él. El salmo no piensa en un rey terreno ni en un territorio nacional con su capital: acepta la situación que precede y sigue a la monarquía. En compensación, se coloca en un reino más glorioso: divino, universal y perpetuo. En este puesto falta el verso de la letra N. Las versiones antiguas suponen un texto semejante al v. 17: "El Señor es de fiar en todas sus palabras, es leal en todas sus acciones".
145,14 Comienzan los participios, que fijan una acción o una serie transformándolas en atributo, casi en título. Sobre el fondo del salmo 72, leamos esta serie como actividad propia del rey. Los complementos rimados representan todo lo débil que necesita del apoyo ajeno. Podemos extenderlo hasta la contingencia de las criaturas. 
145,17 Et ámbito jurídico pertenece también a la realeza. Como soberano, es leal con sus criaturas porque, al hacerlas, se compromete con ellas. 
145,18 Sobre el dios lejano y cercano véanse Sal 22,2-12; Is 55,6. Invocado se hace cercano; para la invocación ha revelado su nombre.
Transposición cristiana.
Puesto en boca de Cristo y de la Iglesia, enriquece el sentido de los predicados que el Hijo tributa al Padre y la Iglesia dedica a su rey, Jesucristo.
EVANGELIO. Juan 5,17-30.

La obra de Jesús, obra del Padre. (5, 16-30)
 
17. Jesús les replicó:
-Mi Padre, hasta el presente, sigue trabajando y yo también trabajo.
18. Más aún, en vista de esto, los dirigentes judíos trataban de matarlo, ya que no sólo suprimía el descanso de precepto, sino también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose él mismo igual a Dios.
19. Reaccionó Jesús diciéndoles:
-Pues sí, os lo aseguro: Un hijo no puede hacer nada de por sí, tiene que vérselo hacer al padre. Así, cualquier cosa que éste haga, también el hijo la hace igual,
20. porque el padre quiere al hijo y le enseña todo lo que él hace. Y le enseñará obras mayores que éstas, para vuestro asombro.
21. Así, igual que el Padre levanta a los muertos dándoles vida, también el Hijo da vida a los que quiere;
22. de hecho ni siquiera da el Padre sentencia contra nadie, sino que la sentencia la ha delegado en el Hijo,
23. para que todos honren al Hijo como lo honran a él. Negarse a honrar al Hijo significa negarse a honrar al Padre que lo envió.
24. Sí, os aseguro que quien escuche mi mensaje, y así da fe al que me envió, posee vida definitiva y no está sujeto a juicio: ya ha pasado de la muerte a la vida.
25. Sí, os aseguro que se acerca la hora, o, mejor dicho, ha llegado, en que los muertos van a oír la voz del Hijo de Dios, y los que la escuchen tendrán vida.
26. Porque lo mismo que el Padre dispone de la vida, así también ha concedido al Hijo disponer de la vida
27. y, además, le ha dado autoridad para pronunciar sentencia, porque es hombre.
28. No os asombre esto, porque se acerca la hora en que van a oír su voz los que están en el sepulcro,
29. y saldrán los que practicaron el bien, para comparecer y tener vida; los que obraron con bajeza, para comparecer y recibir sentencia.
30. Yo no puedo hacer nada por mí; doy sentencia según lo que aprendo, y esa sentencia es justa, porque no persigo un designio mío, sino el designio del que me envió.


EXPLICACIÓN.

17-30. Ante la oposición de los dirigentes judíos, que invocan la Ley como expresión de la voluntad divina, Jesús expone el fundamento de su actividad liberadora. Su obra se identifica con la de Dios creador, que continúa trabajando para llevar al hombre a la plenitud de vida (17); el amor del Padre está siempre activo. Esto significa que Dios no ha establecido en el mundo un orden cerrado, sino que sigue abierta la tarea de la creación del mundo y del hombre. No se puede someter a los hombres a una organización social que se considera definitiva, hay que estar en perpetuo trabajo de eliminación de todo obstáculo que en esta sociedad impida la plenitud humana. Mientras haya oprimidos y hombres privados de libertad, no está realizado el designio creador. La actividad de Jesús –la del amor leal (1.14)- es la misma de Dios y encarna su voluntad y designio. Esta concepción hace derrumbarse por su base el sistema cerrado por la Ley absolutizada, es decir, considerada como la manifestación definitiva e irreformable de la voluntad divina.


Al llamar Jesús a Dios su propio Padre, afirma que Dios está con él y en contra de ellos, que se le oponen; en consecuencia, la institución regida por ellos, que se arroga autoridad divina, es ilegítima. Entran en conflicto de intereses: uno, el bien del hombre; el otro, el prestigio de la institución. Los dirigentes no dudan: deciden matar a Jesús.


Identidad de la acción de Jesús y la del Padre (20). No todo está dicho ni hecho; en la creación abierta hay que esperar novedad.


Acaba de levantar a un inválido (5,8); está dando vida a un pueblo muerto (cf. 1,4; Ez 37,11s) (21); se dibuja un horizonte de vida para la humanidad; a los que quiere no expresa discriminación, sino libertad para obrar; nadie puede impedir su actividad.


Dar sentencia (22), actividad que el Padre delega en Jesús (al contrario que en Dn 7,9-12, donde Dios mismo juzga); no se trata de un juicio más allá de la historia; el juicio se está celebrando ya (3,18), la sentencia se la da el hombre mismo. La expresión dar sentencia indica la separación que la presencia de Jesús provoca entre los que están a favor o en contra del hombre.

No existen otros principios o códigos de moralidad o de conducta –ni siquiera la Ley mosaica- que puede pretender autoridad divina; no se puede apelar contra Jesús en nombre de la Ley. Estar con Jesús es estar con Dios; estar contra él es estar en contra de Dios (23). Jesús mismo, expresión plena y total del proyecto de Dios, es el criterio: su persona y actividad disciernen entre bien y mal. Imposible recurrir a Dios para oponerse a Jesús (24); ha pasado de la muerte a la vida, el éxodo de Jesús, saliendo del dominio de la tiniebla.


Su propósito es invitar a la plenitud a los que son muertos en vida (25), a los que viven en la zona de la tiniebla/muerte; su voz, su mensaje (24). Como el Padre, Jesús posee la vida y dispone libremente de ella (26-27). La comunicación de vida supone una opción personal, Jesús la provoca. Para elegir entre muerte y vida se necesitaba un punto de referencia, y éste es Jesús, precisamente por ser hombre. Es decir, la actitud ante el hombre va a decidir la suerte de los hombres; no hay situación ante Dios que no dependa de la opción frente al hombre. La norma que sustituye a la Ley es el hombre; el juicio es la confrontación con el hombre.


Este criterio vale también para el pasado (28-29): es la opción a favor o en contra del hombre la que juzga a los hombres de toda época. Practicar el bien = practicar la lealtad/amor fiel (3,21); vida para siempre: la vida que Dios da al que opta por ella no está limitada por la muerte; obrar con bajeza, actuar en contra del hombre; a la vida para siempre se opone la no vida para siempre, que es la sentencia o derrota (Dn 12,2), frustrando el proyecto de Dios. Su sentencia es necesariamente justa, pues no busca su propio interés; su único criterio es el bien objetivo del hombre (30).

16 DE MARZO

 PRIMERA LECTURA. Ezequiel 47,1-9.12.

El manantial del templo (Jl 4,18; Zac 14,8; Sal 46,5).

1Me hizo volver a la entrada del templo. Del zaguán del templo manaba agua hacia levante -el templo miraba a levante-. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar. 2Me sacó por la puerta septentrional y me llevó por fuera a la puerta del atrio que mira a levante. 3El agua iba corriendo por el lado derecho. El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia levante. Midió quinientos metros, y me hizo atravesar las aguas: ¡agua hasta los tobillos! 4Midió otros quinientos, y me hizo cruzar las aguas: ¡agua hasta las rodillas! Midió otros quinientos, y me hizo pasar: ¡agua hasta la cintura! 5Midió otros quinientos: era un torrente que no pude cruzar, pues habían crecido las aguas y no se hacía pie; era un torrente que no se podía vadear.
6Me dijo entonces:
-¿Has visto, hijo de Adán?
A la vuelta m condujo por la orilla del torrente.
7Al regresar, vi a la orilla del río una gran arboleda en sus dos márgenes. 8Me dijo:
-Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas pútridas y las sanearán. 9Todos los seres vivos que bullan, allí donde desemboque la corriente tendrán vida, y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.
12A la vera del río, en sus dos riberas, crecerá toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales.

Explicación.

47,1-12. Después de prolijas inserciones, de áridas reglamentaciones, retorna el aliento poético de la visión. De la llegada de la Gloria (43) se pasa a sus efectos vivificantes. Hay que unirlo también al espíritu del cap. 37: viento y agua, doble principio de nueva vida. Agua como en el paraíso (Gn 2,10-14): en vez de cuatro ríos, cuatro etapas crecientes. Agua en la ciudad santa (Is 30,25; Jl 4,18; Zac 14,8): el templo está en la plataforma superior, sobre las plataformas del atrio interior, del exterior y del terreno circundante. Agua regada por el Señor (Sal 65,10). Agua que transforma el desierto (Is 35). Porque el Señor es "fuente de agua viva" (Jr 2,13; 17,13).

Agua de vida: continua, creciente, invasora, comunicada. Se comunica a las plantas, produciendo un parque maravilloso; se comunica a los animales, haciendo que el Mar Muerto pulule de seres vivos; se comunica a los hombres en forma de alimiento y medicina. El profeta ha de sentir en su cuerpo el poder del agua; el resto lo escucha de labios del acompañante.

47,1. El agua avanza hacia oriente, quizá por ser esta zona más árida, quizá imaginando un emplazamiento oriental del paraíso (cfr Gn 13,10).

47,3-5. Las distancias son medidas, el crecimiento es desmedido. Bien pronto el caudal supera al del Jordán (cfr. Jos 3-4; Jue 12,5s).

47,8-9. Renace prodigiosamente la vida, como en una nueva creación: Gn 1,20s. El agua dulce (Apsu) vence al agua salada (Tehom).

47,12. La zona se transforma en paraíso. Los frutos de todos sus árboles serán comestibles, las hojas medicinales alejarán la muerte.
    
SALMO. 46,2-3.5-6.8-9.

2 Dios es para nosotros refugio y fortaleza,
auxilio en los asedios, del todo disponible.
3 Por eso no tememos aunque se trastorne la tierra
y los montes vacilen en alta mar.

 5 Un río cn sus acequias alegra
la ciudad de Dios:
santuario de la morada del Altísimo.
6 Con Dios en medio de ella, no vacila:
al despuntar la aurora la auxilia Dios.

8 El Señor de los ejércitos está con nosotros ,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
9 Venid a ver las obras del Señor,
los espantos que provocan en la tierra:


Explicación.

46,2-4 La tierra, firmemente fundada por Dios sobre las aguas (Sal 24,2; 136,6), "se trastorna": se contagia de la movilidad y agitación oceánica. Los montes, aplomados para siempre (Sal 65,7), tiemblan y son engullidos por el océano. Predominan los efectos sonoros sobre los visuales. Como en un diluvio desde abajo (Gn 7,11), parece que vamos a volver al caos primordial: ¿queda un arca de salvación? La ciudad no teme, porque dispone de un refugio no fabricado por hombres: Dios en persona.

46,5-8 Hay una ciudad "divina" (Sal 87,3; Is 60,14) en la cual el agua desempeña la función benéfica opuesta. Con un río o corriente que se reparte en acequias (cfr. Sal 137,2). Agua apacible y fecundadora, a la que no alcanza la agitación agresiva del océano; agua una y plural que alegra y festeja a la ciudad. Compárese con Is 33,17-24.

46,6-7 A la ciudad se acerca un asedio estrecho: está dicho con el lenguaje de la agresión cósmica. A defenderla sale su Campeón: "Al despuntar la aurora" suceden el asalto y la derrota (Jos 8,10; Jue 20,19; Is 17,14 etc). Un trueno teofánico (Jr 25,30; Jl 2,11), voz de Dios, sacude la tierra y desbarata al enemigo.


TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

En clave cristológica, los autores antiguos se fijan en la exaltación de Jesucristo resucitado y en la corriente de agua que brota de él. En clave eclesiológica, lo refieren a la Iglesia terrestre, que tiene presente al Señor, y a la celste, según Ap 22.  


EVANGELIO. Juan 5,1-16.

PRIMERA SECCIÓN: FIESTA EN JERUSALÉN. (5,1-47)

El pueblo enfermo y el inválido que camina.


5. 1. Algún tiempo después era fiesta de los Judíos y subió Jesús a Jerusalén.
2. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que en la lengua del país llaman El Foso, con cinco pórticos;
3. en ellos yacía una muchedumbre, los enfermos: ciegos, tullidos, resecos.
5. Había un hombre allí que llevaba treinta y ocho años con su enfermedad.
6. Viéndolo Jesús echado y notando que llevaba mucho tiempo, le dijo:
- ¿Quieres ponerte sano?
7. Le contestó el enfermo:
- Señor, no tengo un hombre que, cuando se agita el agua, me meta en la piscina; mientras yo llego, otro baja antes que yo.
8. Le dice Jesús:
- Levántate, carga con tu camilla y echa a andar.
9a Inmediatamente se puso sano el hombre, cargó con su camilla y echó a andar.


La ley, obstáculo a la libertad.


9b. Era aquél un día de precepto.
10. Dijeron, pues, los dirigentes judíos al que había quedado curado:
- Es día de precepto y no te está permitido cargar con tu camilla.
11. Él replicó:
- El que me dio la salud fue quien me dijo: “Carga con tu camilla y echa andar”.
12. Le preguntaron:
- ¿Quién es el hombre que te dijo: “Cárgatela y echa a andar?”
13. El que había sido curado no sabía quién era, pues, como había mucha gente en el lugar, Jesús se había escabullido.
14. Algún tiempo después, Jesús fue a buscarlo en el templo y le dijo:
- Mira, has quedado sano. No peques más, no sea que te ocurra algo peor.
15. El hombre notificó a los dirigentes judíos que era Jesús quién le había dado la salud.

16. Precisamente por esto empezaron los dirigentes judíos a perseguir a Jesús, porque hacía aquellas cosas en día de precepto.

EXPLICACIÓN.


1-9a. Segunda subida a Jerusalén, pero no ya al templo/institución, sino a encontrar al pueblo oprimido (el inválido). El episodio muestra la fuerza que Jesús infunde y la libertad que da al hombre, haciéndolo dueño de sus propias decisiones (8: levántate… y echa a andar).


Aparece de nuevo el tema de las ovejas (2: la Puerta de las Ovejas, cf Neh 3,1.32), que Jesús echó fuera del templo (éxodo) (2,14s; cf. 10,1ss). La muchedumbre representa al pueblo, abandonado por los dirigentes. Los pórticos relacionan a este lugar con el templo (cf 10,23), en cuyos pórticos se enseñaba la Ley.


La fiesta oficial contrasta con la situación de los excluidos de ella (2 Sm 5,8). La muchedumbre (3) está ciega por obra de la tiniebla, la falsa ideología que le impide su desarrollo y plenitud humana; tullida, privada de actividad, reducida a la impotencia; reseca, sin vida; es un pueblo muerto (Ez 37,1-14).

Los vv. 3b-4: que aguardaban la agitación del agua, porque de vez en cuando el ángel del Señor bajaba a la piscina y removía el agua; y entonces, el primero que entraba después de la agitación del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese, son una interpolación, inexistente en los mejores códices y que contradice el sentido del pasaje.


El enfermo (5) representa a la entera muchedumbre. Treinta y ocho años, los de la generación que murió sin ver la tierra prometida (Dt 2,4); la muchedumbre va a morir sin encontrar la salvación. La enfermedad es suya, es decir , el hombre es responsable de ella por haber aceptado la ideología del sistema (cf. 5,14: no peques más), que apaga la vida (1,5).


Se imagina que Jesús lo va a meter en el agua (7). Agitarse se usa en el NT sólo de personas y multitudes; la agitación del agua representa las revueltas mesiánicas del tiempo, en las que el pueblo oprimido esperaba vanamente encontrar remedio a sus males. Jesús responde de otro modo a la expectación del enfermo/pueblo; le da la capacidad de actuar por sí mismo, sin depender de otros, y lo incita a usar de su libertad (cargar con la camilla en día de fiesta, contra la prescripción legal) (8). Lo hace dueño de su pasado (camilla), para que pueda desecharlo.


La perícopa expone el modo como Jesús va liberando al pueblo. Su propósito es darle la posibilidad de abandonar la institución que lo oprime y le quita la vida. Comunica una nueva vitalidad que permite a los hombres levantarse y buscar su propio camino. 


9b – 15. Jesús no se ha preocupado del precepto (9b); para él cuenta sólo el bien del hombre en cualquier circunstancia. Para los dirigentes judíos, por el contrario, cuenta sólo la observancia de la Ley (10). La observancia del precepto del descanso equivalía a toda la Ley; su violación lo era de la Ley entera. Interpretada y controlada por los dirigentes, la Ley no tolera la libertad del hombre; quieren quitarle la que le ha dado Jesús; éste le ha dicho que viole el precepto, porque es la sumisión a la Ley, instrumento de opresión, la que causa la postración del pueblo. Réplica de los dirigentes (12); no les alegra que el hombre haya recobrado la salud; los alarma, en cambio, que alguien se atreva a dispensar de las obligaciones religiosas que ellos imponen. No les preocupa el pueblo, pero sí su propio poder.

El individuo está en el templo (14), no ha echado a andar: sigue aceptando el dominio de la institución (2,14ss). Ése era el pecado que causaba su enfermedad, la de la muchedumbre (1,29: el pecado del mundo, la adhesión a ideologías/tiniebla que impiden la plenitud humana). Recibido el aviso de Jesús, se presenta ante los dirigentes: por boca de este hombre, el pueblo liberado atribuye su salvación a Jesús y da testimonio de ella ante sus antiguos opresores.


Comienza la persecución (16).

SÍNTESIS:


En la primera subida a Jerusalén, Jesús denunció públicamente la institución del templo, provocando una adhesión numerosa, pero equivocada (2,23s). La segunda vez que sube, anónimamente, libera al pueblo sin estrépitos ni señales portentosas, sin aparecer como líder.
Prescinde por completo de los dirigentes, que habían rechazado su denuncia y propuesta. Lo único que le importa es el pueblo, por eso va adonde éste se encuentra reducido a la miseria y a la impotencia. Procede así haciendo caso omiso de las prescripciones religiosas, y del todo indiferente a la opinión de las autoridades. No provoca una rebelión, comunica a los oprimidos salud y fuerza, los capacita para la actividad haciéndolos caminar por su cuenta. Quita adeptos a la institución judía fomentando la ruptura con ella.

15 DE MARZO

PRIMERA LECTURA. Isaías 65,17-21.

Nueva creación.
 
17Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo
y una tierra nueva;
de lo pasado no haya recuerdo
ni venga pensamiento,
18más bien gozad y alegraos siempre
por lo que voy a crear;
mirad, voy a transformar a Jerusalén en alegría
y a su población en gozo;
19me alegraré de Jerusalén
y me gozaré de mi pueblo,
y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos;
20ya no habrá allí niños malogrados
ni adultos que no colmen sus años,
pues será joven el que muera a los cien años,
y el que no los alcance se tendrá por maldito.
21Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comeran sus frutos.

Explicación.

65,16b-19. El nuevo orden se establece con la abolición de la memoria doliente y la afirmación de la alegría plena. a) La memoria puede ser paralizante (43,18), puede ensombrecer el gozo presente, intimando su contingencia. No hace falta una memoria admonitoria (Dt 8). El nuevo universo: 2 Pe 3,13 y Ap 21,1. b) La alegría (35) compartida se llama fiesta: el pueblo festeja al Señor, el Señor a Jerusalén. Más aún, el Señor crea una ciudad y un pueblo convertidos en puro gozo: la alegría es su ser. Culmina la serie de 51,3; 54,1; 60,5; 62,5.

65,19b. Puede verse Is 25,8 y la cita de Ap 21,4.

65,20. La longevidad es una de las bendiciones clásicas en el horizonte intramundano. Compárese con Sal 90,10.

65,21-22. Disfrutar del trabajo propio es una de las bendiciones (62,8-9). En el nuevo orden habrá una actividad fecunda y satisfactoria (cfr. Sal 104): se excluyen los agresores externos y los opresores internos. El árbol es medida de longevidad (Job 14,7).        

SALMO. 30,2.4-6.11-13.

2 Te ensalzaré, Señor, porque has tirado de mí
y no has dado la victoria a mis enemigos.

4 Señor, alzaste mi vida del Abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
5 Tañed para el Señor, sus adictos,
dad gracias a su nombre santo:
6 Un instante dura su cóloera,
toda la vida su favor;
al atardecer se hospeda el llanto,
al amanecer el júbilo.

11 Escucha, Señor, ten piedad,
Señor, socórreme.
12 Cambiaste mi luto en danza,
me desataste el sayal
y me ceñiste de fiesta.
13 Así te canta mi alma sin callarme,
Señor Dios mío, te daré gracias siempre.


Explicación.

30,2 El verbo significa tirar de, jalar. El enemigo triunfante podría ser la Muerte personificada, como en Jr 9,20; Sal 49,15; Job 28,22.

30,4 "Bajar a la fosa" es expresión descriptiva corriente: Sal 28,1; 88,5; 143,7.

30,6 Alternativa: "su cólera inspirada ansiedad, su favor da vida". Compárese con Is 54,7.


 30,12 Del luto ritual pasa a la danza festiva: Éx 15,20; Jue 11,34; 21,21.

30,13 "Por siempre": ¿qué significa esta frase en el horizonte mental del autor? Lo ha dicho en el v.7 y fue presunción. Esta vez la muerte no ha lanzado la carcajada del triunfo, pero al final cantará victoria (Sal 49,9). Si esta vez no ha sucedido, pronto bajará el orante a la fosa y ya no alabará a su Dios. Para él "por siempre" significa mientras viva: Ex 21,6; Lv 25,46.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

En el horizonte cristiano la última frase consigue la plenitud de sentido. Primero en Cristo (Jn 17), después en los cristianos. Pablo llama a la muerte "el último enemigo" (1 Cor 15,26) y anuncia su derrota final (1 Cor 15,56). 


EVANGELIO. Juan 4,43-54.

43. Al cabo de los dos días salió de allí para Galilea,
44. pues Jesús mismo había declarado que a ningún profeta se le honra en su propia tierra.


Termina el ciclo de las instituciones.

Acogida en Galilea y vuelta a Caná.


 45. Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, por haber visto personalmente todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también elloa habían ido a la fiesta.
46.a. Llegó así de nuevo a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.


CICLO DEL HOMBRE.

EL ÉXODO DEL MESÍAS (4,46b-11,54) Episodio programático: Señales de vida, no alardes de poder.


46b. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaún.
47. Al oír éste que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le pidió que bajase y curase a su hijo, que estaba para morirse.
48. Le contestó Jesús:
- Como no veáis señales portentosas, no creéis.
49. El funcionario le insistió:
- Señor, baja antes que se muera mi chiquillo.
50. Jesús le dijo:
- Ponte en camino, que tu hijo vive.
Se fio el hombre de las palabras que le dijo Jesús y se puso en camino.
51. Cuando iba ya bajando lo encontraron sus siervos, y le dijeron que su chico vivía.
52. Les preguntó a qué hora se había puesto mejor, y ellos le contestaron:
- Ayer a la hora séptima se le quitó la fiebre.
53. Cayó en la cuenta el padre de que había sido aquélla la hora en que le había dicho Jesús: “Tu hijo vive”, y creyó él con toda su familia.
54. Esto hizo Jesús, esta vez como segunda señal, al llegar de Judea a Galilea
.


EXPLICACIÓN.


Dos días, cf Os 6,2: En dos días nos hará revivir. La fe, fruto del contacto personal con Jesús (41-44). Salvador del mundo, cf. 1,29: el que quita el pecado del mundo; 3,16. El tema del profeta rechazado por los suyos se había hecho proverbio (Mt 13,57; Mc 6,4; Lc 4,24; Jr 12,6-9; cf. Jn 1,11).

45 – 46a. Resonancia nacional de la actividad de Jesús en Jerusalén. Se cierra el ciclo en que Jesús ha propuesto la sustitución de las antiguas instituciones y ha sido rechazado. Va a comenzar una nueva etapa de su actividad, con un cambio de táctica. 

46b-54. Episodio en paralelo con el de la boda en Caná, como segunda señal (54; cf 2,11). Constituye al mismo tiempo un segundo principio (segundo episodio programático).

El poder político (46b, el funcionario real) ve en Jesús un Mesías reformista y poderoso, según la interpretación de su persona y actividad dada en Jerusalén (2,17.23) (47). Preocupado por la situación del pueblo (el hijo) que depende de él, busca en Jesús un aliado del poder (le pidió que bajase a Cafarnaún) que procure una solución dentro del sistema de relaciones existente (subordinación). El poder, impotente para salvar (estaba por morirse). Jesús denuncia la mentalidad de los poderosos (no creéis); esperan la salvación de una demostración de poder (cf. Dn 3,31-33; 4,32), como en el antiguo éxodo (Ex 7,3.9; 11,9,10; 15,11). Jesús va a efectuar una liberación/éxodo, pero sin alarde de fuerza ni ostentación de poder (48). Chiquillo (49): cariño, pero dependencia (menor de edad). Jesús llama al enfermo tu hijo (50), subrayando la igualdad; la salvación implica la libertad, no puede efectuarse en la relación de dependencia. Su mensaje (sus palabras) son vida, que él comunica independientemente de la voluntad del poderoso (50-51).


El cambio de actitud de éste se manifiesta en el texto por los diferente modos de designarlo (46b.49: el funcionario; 50: el hombre; 53: el padre, cambio de relación). La hora séptima (52), que sigue a la sexta, hora de la muerte de Jesús (19,45), es aquella en que, terminada su obra, produce la vida con la entrega del Espíritu (19-30). Ambiente no judío; la salvación será universal y consistirá en comunicar vida al pueblo, independientemente del deseo de los dirigentes.


Esta segunda señal anuncia un comienzo y un programa de actividad. Supone la de Caná y se realiza desde el mismo lugar. El objetivo es el mismo, manifestar la gloria/amor (2,11), pero, ante una institución que rechaza el plan de Dios, Jesús va a dar vida al hombre directamente, fuera del marco institucional (54).


SÍNTESIS.

El programa universalista de Jesús comienza a realizarse con la llamada del Israel heterodoxo. Los marginados responden, mientras los instalados en el régimen judío lo han rechazado. Jesús supera las barreras creadas por los particularismos étnicos y religiosos (templos); su labor es la personalización del hombre (el designio del Padre), que se alcanza cuando éste posee una nueva calidad de vida/amor (el Espíritu), una nueva actitud respecto a los hombres y al mundo. Dios/el Padre no exige presentes ni dones, él es el dador que comunica vida. El homenaje al Padre ya no consiste, por tanto, en un culto ritual. No hay dos esferas, la de Dios y la de la vida. La existencia misma, dedicada al bien de los demás, que prolonga en el mundo la acción creadora, es el culto que honra al Padre. El amor forma inmediatamente la nueva comunidad humana.


Dios se define como principio dinámico de amor (Espíritu). El sustrato del universo es un amor personal, activo y sin fronteras, hecho presente en Jesús y que por él llega a todo hombre que lo acoge en su realidad humana.


En el hombre, el Espíritu/amor es un nuevo principio vital que toma el puesto de la Ley externa; es constitutivo del hombre y lo que va llevando a su plenitud. El espíritu es único, el de Jesús; por eso crea la unidad en la diversidad.

jueves, 21 de enero de 2021

14 DE MARZO

 Primera Lectura. 2 Crónicas 36,14-17.19-23.

14También las autoridades de Judá, los sacerdotes y el pueblo obraron inicuamente, imitando las abominaciones de los paganos y profanando el templo que el Señor había consagrado en Jerusalén.
15El Señor, Dios de sus padres, les enviaba continuamente mensajeros, porque sentía lástima de su pueblo y de su morada; 16pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, se reían de sus palabras y se mofaban de los profetas, hasta que la ira del Señor se encendió sin remedio contra su pueblo. 17Entonces envió contra ellos al rey de los caldeos, que mató en su santuario a sus hijos; a todos los entregó en sus manos, sin perdonar joven, muchacha, anciano o canoso. 19Incenciaron el templo, derribaron la muralla de Jerusalén, pasaron a fuego todos sus palacios y destrozaron todos los objetos de valor. 20Se llevó desterrados a Babilonia a los supervivientes de la matanza y fueron esclavos suyos y de sus descendientes hasta el triunfo del reino persa. 21Así se cumplió lo que anunció el Señor por Jeremías, y la tierra disfrutó de su descanso sabático todo el teimpo que estuvo desolada, hasta cumplirse setenta años.
22El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por medio de Jeremías, movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino: 23"Ciro, rey de Persia, decreta: El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Todos los de ese pueblo que viven en nosotros pueden volver. Y que el Señor su Dios, esté con ellos".

Explicación.

36,14 Abominaciones: véanse Dt 18,9-12; 20,18; 2 Re 21,2, y también la enumeración de 2 Re 17.

36,15 Es decir, profetas. El tema recurre en Jeremías, el profeta que cierra una era, y reaparece en Zac 1, hacia el comienzo de la era siguiente.

36,20-21 En dos versos resume la etapa del destierro, una etapa de setenta años (en número redondos). Para la tierra es un descanso "sabático" forzado: Lv 26,2 enuncia la ley del barbecho septenal de las tierras, mientras que Lv 26,34-35 recoge entre las maldiciones este barbecho forzado de compensación "descanso de sábado que vosotros no le disteis mientras la habitabais". Para los supervivientes de la matanza una etapa de esclavitud en tierra extranjera, repitiendo la experiencia de Egipto: véanse Dt 28,48.68 (serie de maldiciones).

         Se trata de una evidente simplificación teológica. Los hechos históricos fueron más complejos y diferenciados. La tierra se siguió cultivando no sólo el primer año, durante la prefectura de Godolías (Jr 40,12), sino en los años sucesivos; pues la deportación no fue total. En cuanto a a la deportación, si para muchos significó la cárcel o trabajos forzados, otros se fueron estableciendo con cierta independencia y aun prosperidad económica; Isaías II es testigo de lo primero, Ezequiel de lo segundo. Con todo, se puede hablar de un barbecho forzado en comparación con el cultivo bien organizado de antes, y de una esclavitud consistente en el vasallaje total.

        En estos años se desarrolla la segunda actividad profética de Ezequiel, dominada por magníficos oráculos de restauración; incluyendo los trabajos de sus discípulos, incorporados en el actual libro de Ezequiel. Más adelante surge la predicación entusiasta del "evangelista" anónimo (Is 40-55) que llamamos Isaías II: uno de los mayores poetas y teólogos de la literatura hebrea, que supo encender y alimentar la esperanza de los exiliados. No quedó en barbecho el pueblo judío en el destierro, antes realizó progresos definitivos.

        La población en general siguió los consejos de Jeremías (Jr 29), garantizando la continuidad. Algunos mantuvieron un espíritu de resistencia pasiva, juramentados en su fidelidad a la patria (Sal 137); otros se resignaron con su suerte, como si la experiencia histórica con el Señor hubiera terminado (como testimonia el profeta del destierro), otros supieron instalarse y mantener una fidelidad al Señor y a su pueblo sin intención de volver a la patria.

       En el escenario internacional se incuban cambios importantes, que el clarividente Isaías II supo captar e interpretar.

36,22-23 Cuando separaron los libros de Esdras de las Crónicas, o cuando colocaron las Crónicas al final de la Biblia hebrea, repitieron aquí el comienzo de Esdras. Así se marca la unión, y la cadencia final de este libro es de esperanza, análogamente a lo que sucede al final de 2 Re.

Salmo. 137,1-6.

1Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos y lloramos
con nostalgia de Sión.
2En los sauces de su recinto
colgábamos nuestras Cítaras.
3Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar,
nuestros opresores a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión».
4¡Cómo cantar un canto del Señor
en tierra extranjera!
5Si me olvido de ti, Jerusalén
que se me olvide la diestra,
6que se me pegue la lengua al paladar
si no te recuerdo,
si no exalto a Jerusalén
como colmo de mi alegría. 
Explicación.
137,1-2 Hay que imaginar el escenario apacible: cfr. Sal 46,20s; el recuerdo: cfr. Is 43,18s; el llanto: cfr. Lam 1,2.16.
137,3-4 Con mezcla de curiosidad por lo exótico y burla a los vencidos, les piden que sustituyan el llanto por "alegría". Pero los cantos de Sión son cantos en honor de Yhwh; Babilonia sigue siendo tierra extranjera.
137,5-6 Paralizados y mudos, como Ezequiel: Ez 3,25s. El olvido puede ser fuente de apostasía; ningún gozo supera al de la ciudad amada: cfr. Ez 24,25. 
Transposición cristiana.
¿Es posible cristianizar este salmo? Sí, tomando Babilonia como hace el Apocalipsis y una larga tradición. Ya no es una nación y un imperio, sino signo de la ciudad opuesta a la Ciudad de Dios; y no coincide con un territorio geográfico, sino que coexiste con todas las sociedades y está dentro de cada hombre. 
 Segunda Lectura. Efesios 2,4-10.
4Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor que nos tuvo, 5cuando estábamos muertos por las culpas nos dio vida con el Mesías -estáis salvados por pura generosidad-, 6con él nos resucitó y con él nos hizo sentar en el cielo, en la persona del Mesías Jesús. Con esta bondad suya para con nosotros, por medio del Mesías, Jesús, 7quería mostrar a las edades futuras su espléndida e incomparable generosidad.
             8De hecho, gracias a esa generosidad estáis ya salvados por la fe; es decir, no viene de vosotros, es deon de Dios 9no es por lo que hayáis hecho, para que nadie se enorgullezca. 10Somos realmente hechura suya, creados, mediante el Mesías Jesús, para hacer el bien que Dios nos asignó de antemano como línea de conducta.

EXPLICACIÓN.
Amor y acción de Dios con la humanidad: una nueva vida y el horizonte de su continuidad más allá de la muerte (4-7). La salvación es un hecho presente, verificada por el don del Espíritu, que mantiene al hombre en comunión con Dios. Jesús, como Mesías salvador, es el que ha realizado esta nueva creación. El don del Espíritu/amor no se detiene en sí mismo: está destinado a comunicar amor y vida a los demás hombres (8-10).

Evangelio. Juan 3,14-21.

14. Lo mismo que en el desierto Moisés levantó en alto la serpiente, así tiene que ser levantado el Hombre,
15. para que todo el que lo haga objeto de su adhesión tenga vida definitiva.
16. Porque así demostró Dios su amor al mundo, llegando a dar a su Hijo único, para que todo el que le presta su adhesión tenga vida definitiva y ninguno perezca.
17. Porque no envió Dios el Hijo al mundo para que dé sentencia contra el mundo sino para que el mundo por él se salve.
18. El que le presta adhesión no está sujeto a sentencia: el que se niega a prestársela ya tiene la sentencia, por su negativa a prestarle adhesión en su calidad de Hijo único de Dios.
19. Ahora bien, ésta es la sentencia: que la luz ha venido al mundo y los hombres han preferido las tinieblas a la luz, porque su modo de obrar era perverso.
20. Todo el que obra con bajeza, odia la luz y no se acerca a la luz, para que no se le eche en cara su modo de obrar.
21. En cambio, el que practica la lealtad se acerca a la luz, y así se manifiesta su modo de obrar, realizado en unión con Dios.

EXPLICACIÓN.

Para los fariseos, la Ley era fuente de vida y norma de conducta. La única fuente de vida es el Hombre levantado en alto, el Hijo de Dios, don de Dios a la humanidad para salvarla (13-18). Haber bajado del cielo (13) señala la calidad divina de Jesús, por poseer la plenitud del Espíritu (cf. 1,32: el Espíritu que bajaba como paloma desde el cielo). Subir al cielo para quedarse, victoria, éxito. Sólo el que es capaz de amar hasta el don de sí mismo puede obtener y asegurar el triunfo definitivo, instaurar la nueva sociedad humana (el reino de Dios). El hombre levantado en alto (doble sentido: cruz y exaltación), señal visible, fuente de vida que libra de la muerte. Dios es puro amor, pretende sólo salvar, comunicar una vida que supera la muerte (16-17). Ausencia de juicio; es la opción del hombre la que determina su suerte.

La ley era norma de conducta. Ahora lo es el Hombre levantado en alto, el que expresa su amor hasta el fin. Él es la luz que penetra en la tiniebla y distingue actitudes (19). Su figura descubre la opción profunda del hombre; éste puede aceptar la luz/vida o rechazarla. El que opta por la vida/amor tendrá vida para siempre; el que opta contra la vida/amor elige la muerte. Su modo de obrar era perverso, el de los causantes de muerte, los opresores; odia la luz, no puede soportar su denuncia (1,5; 11,53; 12,10; 19,15). No son doctrinas las que separan de Dios, sino conductas (20: su modo de obrar). La lealtad (21) manifiesta el amor; los que han estado a favor de la vida se acercan a Jesús.

Síntesis: El hombre no puede obtener plenitud y vida por la observancia de una ley, sino por la capacidad de amar, que completa su ser. Sólo con hombres dispuestos a amar hasta el fin puede construirse la sociedad verdaderamente humana. Son hombres libres que rompen con el pasado para empezar de nuevo, no ya encerrados en una tradición nacionalidad o cultura. Su vida será la práctica del amor, la entrega de sí mismos, con la universalidad con que Dios ama a la humanidad entera. Una sociedad basada sobre la Ley, no sobre el amor, es siempre opresora e injusta.

31 DE DICIEMBRE

Primera  Lectura de la 1ª carta de san Juan 2,18-21: 18Hijos, es un momento decisivo. ¿No oísteis que iba a venir un anticristo? Pues mirad ...