Primera Lectura. Romanos 11,1-2.11-12.25-29.
1Entonces me pregunto: ¿habrá Dios desechado a su pueblo? ¡Ni pensarlo! También yo soy israelita, descendiente de Abrahán, de la tribu de Benjamín. 2Dios no ha desechado a su pueblo, que él eligió.
Recordáis, sin duda, aquello que cuenta de Elías la Escritura, cómo interpelaba a Dios en contra de Israel:
11Pregunto ahora: ¿Han caído para no levantarse? Por supuesto que no. Si por haber caído ellos la salvación ha pasado a los paganos, es para dar envidia a Israel. 12Por otra parte, si su caída ha supuesto riqueza para el mundo, es decir, si su devaluación ha supuesto riqueza para los paganos, ¿qué no será su afluencia en masa?
25Y no quiero que ignoréis, hermanos, el designio que se esconde en esto, para que no os sintáis suficientes: la obcecación de una parte de Israel durará hasta que entre el conjunto de los pueblos; 26entonces todo Israel se salvará, como dice la Escritura:
Llegará de Sión el libertador,
para expulsar de Jacob los crímenes;
27así será la alianza que haré con ellos
cuando perdone sus pecados (Is 59,20; 27,9).
28Por un lado, considerando el evangelio, son enemigos, para ventaja nuestra; pero por otro, considerando la elección, son predilectos, por razón de los patriarcas, 29pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
EXPLICACIÓN.
Vuelve la doctrina del resto de Israel con el ejemplo de Elías, anterior a Isaías. También ahora hay judíos, como Pablo, que han aceptado el plan de Dios (1 Sm 12,22) (2).
La defección de Israel no puede privar a los paganos de la salvación. Israel se conmoverá al ver las promesas realizadas en otros. Entonces llegará su hora, que enriquecerá a la humanidad entera (6-12).
25-36. Hay esperanza para Israel. La elección misma hace concluir que obtendrá la salvación (25-32).
Salmo. 94,12-13.14-15.17-18.
12Dichoso el varón a quien tú educas,
Señor, al que enseñas tu ley,
13dándole descanso tras los años duros,
mientras cavan una fosa al malvado.
14Que el Señor no rechaza a su pueblo
ni abandona su heredad.
15EI inocente recobrará su derecho
y hay un porvenir para los rectos de corazón.
17Si el Señor no me hubiera auxiliado,
ya estaría mi vida habitando el silencio.
18Cuando me parece que tropieza mi pie,
tu lealtad, Señor, me sostiene;
Explicación.
94,12 La bienaventuranza pasa de lo simplemente sapiencial (Prov 6,20; 7,2; 13, 14) Y universal, a la instrucción por la "ley", que implica revelación.
94,13 Explica la dilación del juicio divino: al honrado, el tiempo le prepara el descanso, para el malvado el tiempo se emplea en cavarle la fosa.
94,14 Eco del v. 5
94,15 Texto difícil. a) Contando con personificaciones se reconstruye imaginativamente una escena: Derecho, seguido de todos los rectos, va en busca de Justicia, desterrada o secuestrada, para hacerla retornar. b) Corrigiendo la vocalización: su derecho retorna al honrado.
94,17 -18 Se remontan a un tiempo anterior a la pregunta; o bien, en virtud de la certeza que da la esperanza, anticipan mentalmente un hecho futuro, El "Silencio" es en hebreo Duma: cfr. Is 21,11; Sal 115,17; sería huésped de Silencio, sin poder dar gritos a Dios ni echar discursos a los necios.
Transposición cristiana.
Oponiendo la ciencia humana al saber de Dios, Pablo cita la versión griega del v. 11. Para el v. 19 encontramos un buen comentario en 2 Cor 1,3-6; 7,6s.
Evangelio. Lucas 14,1.7-11.
Un día de precepto fue a comer a casa de uno de los jefes fariseos, y ellos lo estaban acechando.
7 Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso estas máximas:
8 -Cuando alguien te convide a una boda, no te sientes en el primer puesto, que a lo mejor han convidado a otro de más categoría que tú;
9 se acercará el que os invitó a ti y a él y te dirá: "Déjale el puesto a éste". Entonces, avergonzado, tendrás que ir bajando hasta el último puesto.
10 Al revés, cuando te conviden, ve a sentarte en el último puesto, para que, cuando se acerque el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba". Así quedarás muy bien ante los demás comensales.
11 Porque a todo el que se encumbra, lo abajarán, y al que se abaja, lo encumbrarán.
Explicación.
Tercera vez que un fariseo invita a Jesús (7,36; 11,37), con segunda intención (lo estaban acechando) (1).
Comienza el convite (7). Deseo de precedencia (condenado por Jesús en 11,43; cf. Prov 25,6s). Instrucción sobre el banquete del reino mediante dos analogías (en correspondencia con las dos parábolas de la secuencia paralela, 13,18-21). Afán por la precedencia (8-10).
Principio: lo que sucede a nivel humano, sucede también a nivel divino (cf. 1,51-53; 3,5; 18,14). Renunciar a la ambición de honores, condición para entrar en el Reino (11).
No hay comentarios:
Publicar un comentario