2 OPCIONES.
1º OPCIÓN.
PRIMERA LECTURA. 1 Tesalonicenses 4,1-8.
1En fin, hermanos, esto os pido con insistencia por el Señor Jesús: ya que aprendisteis de nosotros cómo debéis portaros para agradar a Dios y ya que os portáis así, que sigáis progresando.
2Conocéis bien las instrucciones que os dimos en nombre del Señor Jesús: 3Dios quiere que viváis consagrados a él, que os apartéis del libertinaje, 4que sepa cada cual controlar su propio cuerpo santa y respetuosamente, 5sin dejarse arrastrar por la pasión, como los paganos que no conocen a Dios, 6para no ofender ni engañar a su hermano en este asunto, porque el Señor venga todo eso como ya os dijimos y aseguramos. 7Dios no nos llamó a la inmoralidad, sino a una vida consagrada; 8por consiguiente, quien rechaza estas instrucciones, no rechaza a un hombre, sino a Dios, el que os da su Espíritu Santo.
Explicación.
No detenerse, la vida cristiana es crecimiento. Se remite a la instrucción que recibieron de él y a la que han respondido (4,1).
Especifica sus instrucciones anteriores insistiendo en la moralidad, para salir al paso del desprecio judío por los paganos, que no tenían la Ley (2-5). Que viváis consagrados a él, lit. "vuestra consagración" (3), abstracto por concreto, cf. v.7; controlar su propio cuerpo (4), sentido más probable que "buscarse su propia mujer"; Pablo quiere evitar los escándalos en la comunidad; los paganos que no conocen a Dios (5), cf. Sal 79,6; Jr 10,25. La inmoralidad, que lleva a ofender y causar daño a otros y produce desunión en la comunidad (6), y la vida consagrada, la que se desarrolla enla esfera del Espíritu/amor, son incompatibles (cf. Gál 5,19-24) (7-8).
SALMO. 97,1-2.5-6.10-12.
1EI Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
2Nubes y nubarrones lo rodean,
Justicia y Derecho sostienen su trono.
5Los montes se derriten como cera ante el Señor,
ante el Dueño de toda la tierra.
6Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria.
guarda la vida a sus leales,
los libra de la mano de los malvados.
11 Amanece la luz para el honrado
y la alegría para los rectos de corazón.
12Festejad, justos, al Señor,
dad gracias a su nombre santo.
97,1 "Islas"o costas: el mundo occidental mediterráneo; tema favorito de Isaías 11: 41, 1.5; 42,4.10.12; 49,1; 51,5.
97,2 Los "nubarrones" pueden ser parte del aparato teofánico: Dt 4,11; JI 2,2; Sof 1,15. El Señor se muestra ... encubierto. Para el estrado o basamento del trono: Prov 16, 12; 20,28; 25,5.
97,5 "Como cera" Sal 68,3; Miq 1,4; quizá imagine los ríos de lava de un volcán.
97,6 Los cielos hacen de testigos notariales: Sal 50,6. La "gloria" de la teofanía: compárese con Is 35,2; 40,5.
97,10 El texto hebreo, con otra vocalización, dice: los que amáis a Yhwh odiad el mal. En cualquier caso, Dios es declarado inconciliable con el mal: Sal 11,6.
97,11 "Amanece" corrigiendo una consonante, como Sal 112,4.
Transposición cristiana.
Heb 1,6 aplica a Cristo el v. 7 según la versión griega. Mt 25, 31-46 dramatiza en escena un juicio final. Lc 21,28 da a entender que para los elegidos será un momento de dicha.
EVANGELIO. Mateo 25,1-13.
1Entonces se parecerá el reino de Dios a diez muchachas que cogieron sus candiles y salieron a recibir al no vio. 2Cinco eran necias y cinco sensatas. 3Las necias, al coger los candiles, se dejaron el aceite; "las sensatas, en cambio, llevaron alcuzas de aceite además de los candiles. 5Como el novio tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. 6 A medianoche se oyó gritar: -¡ Que llega el novio, salid a recibirlo! 7 Se despertaron todas y se pusieron a despabilar los candiles. 8 Las necias dijeron a las sensatas: . -Dadnos de vuestro aceite, que los candiles se nos apagan. 9pero las sensatas contestaron: -Por si acaso no hay bastante para todas, mejor es que vayáis a la tienda a comprarlo. 10 Mientras iban a comprar llegó el novio: las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. 11Cuando por fin llegaron las otras muchachas, se pusieron a llamar: -Señor, señor, ábrenos. 12 Pero él respondió: -Os aseguro que no sé quiénes sois. 13Por tanto, manteneos despiertos, que no sabéis el día ni la hora. EXPLICACIÓN. |
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Eclesiástico 26,1-4.13-16
La mujer buena
1Dichoso el marido de una mujer buena:
se doblarán los años de su vida.
2Mujer hacendosa hace engordar al marido,
y lo hará feliz toda su vida.
3Mujer buena es buen partido
que recibe el que teme al Señor:
4sea rico o pobre, estará contento
y tendrá cara alegre en toda sazón.
La mujer buena
13Mujer hermosa deleita a su marido,
mujer prudente lo robustece;
14mujer discreta es don del Señor:
no se paga un ánimo instruido;
15mujer recatada duplica su encanto:
no tiene precio un ánimo dueño de sí.
16El sol brilla en el cielo del Señor,
la mujer bella en su hogar bien arreglado;
Explicación.
26,1-4 La visión negativa no es lo último: aunque más breve, esta estrofa quiere contrarrestar lo anterior. El original adopta una posición enfática:, "Mujer buena: ¡dichoso su marido!"; véase Prov 12,3; 18,22.
26,1 Duplicar los años se opone en cierto modo al tener que morir de la estrofa precedente, y es una de las bendiciones fundamentales, muy frecuente en la predicación deuteronómica, p. ej. Dt 5,16.33; 6,2; 11,9; 22,7; 25,15.
26,2 El título encabeza el poema alfabético al ama de casa, Prov 31 ,10-31. La paz es otra bendición fundamental de Dios.
26,3 El camino para conseguir tales bendiciones es temer al Señor. Se opone a 25,19.
26,4 En oposición a 25,23. Otro modo de decir que vale más que la riqueza, Prov 31,10.
26,13-18 Nueva alternancia, para describir a la mujer buena y hermosa. Ambas cualidades aparecen reunidas en el conjunto de los seis versos: primero en paralelismo, después dando preferencia a cualidades morales, finalmente, exaltando la belleza.
26,13-15 Tres virtudes sapiencia les: prudencia, discreción, instrucción. La belleza está aquí más valorada que en Prov 31,30, sin que alcance el valor sumo.
26,16-18 La mujer hermosa se compara a lo más noble y luminoso en la naturaleza y el culto: en su casa irradia luz y orden, su figura tiene algo de sagrado, es una fantasía de riqueza esplendente. Hay que recordar lo que el autor sabe decir del sol y del culto en los últimos capítulos del libro, para apreciar el valor de estos tres versos; también se puede recordar la belleza masculina del sol en Sal. Compárese el v. 18 con Sal 144,12. 26,19-27 Diez versos de exhortación que insisten en los mismos temas y oposiciones; se leen en algunos manuscritos griegos.
Salmo. 131,1-3
1Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos altaneros;
no persigo grandezas
ni maravillas que me superan.
2Juro que allano
y aquieto mi deseo.
Como un niño en brazos de su madre
como un niño sostengo mi deseo.
3¡Espere Israel en el Señor,
ahora y por siempre!
Explicación.
131 Género y situación. Oración de confianza individual que se abre a la comunidad. Uno de los más breves e intimistas de salterio. La intimidad ha abolido circunstancias externas, ha fijado un momento perdurable. El orante se desdobla: mira hacia dentro y comunica al Señor lo que descubre. Se ha mirado con tal lucidez y honestidad, que se atreve a jurar ante Dios.
La comparación del niño y la madre o el padre se establece entre el deseo o aspiraciones y el yo maduro. Es comparación psicológica, no teológica. El deseo puede ser como un niño necesitado, caprichoso, débil y exigente, inquieto y sin juicio. Toca a la madre acogerlo con dominio blando, con decisión cariñosa. Toca al varón dominar y serenar su deseo, con juicio y comprensión. En un segundo momento se puede trasladar la comparación a la relación del hombre con
Dios.
131,1 A manera de comentario pueden leerse textos sapienciales: Prov 16,18s; 30,13; Eclo 10,6-18; de los profetas Is 2,9-19. "Me superan": Job 42,3.
131,2 Mt 18,1-5 par.
131,3 Al aplicar la enseñanza a Israel, la experiencia individual se hace comunitaria y propone cuestiones graves. ¿Es la humildad virtud del individuo y no de la comunidad? ¿Es compatible el orgullo nacional con la confianza en Dios?
Transposición cristiana.
Un texto clásico sobre el hacerse niños se lee en Mt 18,3-5par. La humildad condición para recibir la revelación: Lc 10,21 s. Hay que repetir la pregunta final, dirigida a la Iglesia.
Evangelio. Lucas 7,11-17
11 Después de esto fue a una ciudad llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.
12 Cuando se acercaba a las puertas de la ciudad resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; una considerable multitud de la ciudad la acompañaba.
13 Al verla el Señor, se conmovió y le dijo:
- No llores.
14 Acercándose, tocó el ataúd (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
- ¡Joven, a ti te hable, levántate!
15 El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.
16 Todos quedaron sobrecogidos y alababan a Dios diciendo:
- Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Y también:
- Dios ha visitado a su pueblo.
17 Este dicho acerca de Jesús se extendió por todo el país judío y todo el territorio circundante.
EXPLICACIÓN.
D. Jesús e Israel. 11-17. Como en el episodio anterior, dos personajes; ahora, la madre y el hijo muerto, figuras respectivamente de la ciudad/nación (Sión) y del pueblo. Alusión a Elías y la viuda de Sarepta (1 Re 17,8-24) y a Eliseo y la sunamita (2 Re 4,32-37). Para los contemporáneos, la muerte del hijo único significaba un juicio y castigo de Dios contra la madre viuda. Viuda, Israel privado de su Dios (cf. Jr 51,5); el hijo único, el pueblo. El Señor (13): condición divina. La situación de Israel conmueve a Jesús; tocar el ataúd, no hacer caso de la impureza legal (Nm 19,11-16; cf. Lc 5,13); lo detiene en su camino hacia la muerte definitiva (entierro) (14).
La palabra de Jesús comunica vida, capacita al muerto para levantarse por sí solo (cf. 5,24). Nueva vida: movimiento y palabra. Se lo entregó a su madre, cf. 1 Re 17,23; Elías, tipo de Jesús (15). Doble comentario (16): Un gran profeta, como Elías y Eliseo (cf. 2 Re 4), continuidad con el AT. Dios ha enviado a su pueblo, trasfondo mesiánico (cf. 1,68, cántico de Zacarías), anuncio de la liberación de Israel (cf. Éx 4,31), esperanza de cambio definitivo.
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