PRIMERA LECTURA. Esdras 9,5-9
5Pero al llegar ese instante acabé mi penitencia, y con el vestido y el manto rasgados, me arrodillé y alcé las manos al Señor, mi Dios, 6diciendo:
-Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti, porque nuestros delitos sobrepasan nuestra cabeza y nuestra culpa llega al cielo. 7Desde los tiempos de nuestros padres hasta hoy hemos sido reos de grandes culpas, y por nuestros delitos, nosotros con nuestros reyes y sacerdotes hemos sido entregados a reyes extranjeros, a la espada, al destierro, al saqueo y a la ignominia, que es la situación acutal. 8 Pero ahora el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido un momento de gracia, dejándonos un resto y una estaca en su lugar santo, dando luz a nuestros ojos y concediéndonos respiro en nuestra esclavitud. 9Porque éramos esclavos, pero nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud; nos granjeó el favor de los reyes de Persia, nos dio respiro para levantar el templo de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y nos dio una tapia en Judá y Jerusalén.
Explicación.
9,5 De rodillas como postura cúltica: 1 Re 8,54; 19,18; Dn 10,10
9,6 "Llega al cielo", por su masa, porque se acumula; también porque provoca la mirada y reacción de Dios.
9,7 La situación actual continúa la precedente en cuanto son un pueblo vasallo, una simple provincia de un imperio.
9,8 El momento de gracia es el favor del soberano. Is 54,8 afirma que la cólera es brevísima; el favor, duradero; la plegaria de Esdras deja una impresión más pesimista. Una "estaca" con que clavar una tienda de campaña o como clavo en la pared de que cuelgan utensilios: la primera interpretación se inspira en la visión de la tierra y la ciudad como una gran tienda de campaña que acoge a los ciudadanos (Is 54,2); la segunda se inspira en Is 22,23-24. En ambos casos, la estaca sería metáfora del jefe de la comunidad, designada aquí como "resto". Se trataría del jefe civil, es decir, de Nehemías, si todavía ejercía el poder; no parece que se refiera al descendiente de David, Jatús hijo de Secanías (8,3).
"Dando luz...": Sal 13,4 (conservar la vida); Prov 29,13. La esclavitud es el vasallaje, evocando de paso la esclavitud de Egipto.
9,9 La tapia figura como metáfora de protección de límites: referida a Jerusalén, es la muralla reconstruida por Nehemías; referida a Judá, es la frontera definida frente a los pueblos vecinos.
SALMO. Tobías 13,2-4.7-8.
2Bendito sea Dios, que vive
eternamente, y su reinado.
El azota y se compadece
hunde en el Abismo y se levanta.
Nadie escapa de su mano
3Confesaos a él, israelitas,
ante los paganos,
pues él nos dispersó entre ellos.
4Mostrad allí su grandeza,
Ensalzadlo ante todo viviente,
porque él es nuestro Señor,
él es nuestro Dios,
él es nuestro Padre, él es Dios
eternamente.
7Ahora mirad cómo os ha tratado
y confesaos a él a boca llena.
Bendecid al Señor de la justicia
y ensalzad al Rey de los siglos.
8Yo le doy gracias
en mi país de destierro,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador
Explicación.
13,2 Es el principio del perdón porque: Dios controla desgracia y favor, muerte y vida, Dios usa la desgracia como castigo en orden a la misericordia (cfr. 1 Sm 2,6; Sab 16,13-14).
13,3 Confesando la propia culpa, el pueblo justifica el castigo de Dios. El Señor ha demostrado su poder dispersando, su santidad castigando. Lo explica Ez 36,16-23: lo que a primera vista parece impotencia del Dios de Israel, en un segundo momento aparece como revelación de su santidad exigente.
13,4 El destierro se vuelve además ocasión para manifestar el nombre del Señor a un pueblo pagano. Israel, tentado a cerrarse, a tomar a su Dios como monopolio o privilegio, es forzado a salir y realizar su destino de mediador religioso.
"Nuestro Padre" es título que se lee en Is 63,16; 64,7; cfr. Éx 4,22-23. Según Sal 103,13, la paternidad implica comprensión y compasión.
13,7 "El Señor de la justicia" es predicado de la parte inocente en el pleito, según Sal 51,6 y las oraciones penitenciales.
13,8 Comienza la sección propia de AB. Tobit confiesa primero en nombre propio; después invita a "un pueblo pecador", es decir, a sus compatriotas desterrados (cap. 1-2). No creo que se refiera a los ninivitas, según la versión de Jonás.
EVANGELIO. Lucas 9,1-6.
1 Convocó a los Doce y les dio fuerza y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
2 Luego los envió a proclamar el reinado de Dios y a curar a los enfermos,
3 diciéndoles:
- No cojáis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero, ni llevéis cada uno dos túnicas.
4 Quedaos en la casa en que os alojéis hasta que os vayáis de aquel lugar.
5 Y en caso de que no os reciban, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como prueba contra ellos.
6 Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la buena noticia y curando en todas partes.
EXPLICACIÓN.
E'. Misión del Israel mesiánico. 1-6. Fuerza, con la que ha curado Jesús (5,17; 6,19; 8,46), la del Espíritu (4,14); autoridad, también del Espíritu (4,32.36). Doble aspecto de la misión (2): proclamar y curar. La expulsión de demonios, unida a la proclamación (cf. 4,36). Instrucciones: no llevar nada: el bastón (3), como arma defensiva, impropio del discípulo (6,29); no preocuparse por el sustento (12,22ss); dos túnicas, propio de gente acomodada (6,20). No ser exigentes (quedarse en la misma casa) (4). Se sacudía el polvo de las sandalias al volver a Israel desde una tierra pagana; aquí, cualquier lugar que no acepte a los discípulos rechaza al verdadero Dios (5).
Lc no señala que ejercieran la "autoridad sobre los demonios" que Jesús les había conferido (cf. 9,1) y puntualiza que "fueron de aldea en aldea" (6, reductos nacionalistas), en lugar de ir por los "pueblos/ciudades" (cf. v.5 y 10,8ss).
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