Primera Lectura. Colosenses 3,12-17.
12En vista de eso, como elegidos de Dios, consagrados y predilectos, vestíos de ternura entrañable, de agrado, humildad, sencillez, tolerancia; 13conllevaos mutuamente y perdonaos cuando uno tenga queja contra otro; el Señor os ha perdonado, haced vosotros lo mismo. 14Y, por encima, ceñíos el amor mutuo, que es el cinturón perfecto. 15Interiormente, la paz del Mesías tenga la última palabra; a esta paz os han llamado como miembros de un mismo cuerpo. Sed también agradecidos. 16El mensaje del Mesías habite entre vosotros en toda su riqueza: enseñaos y aconsejaos unos a otros lo mejor que sepáis; con agradecimiento cantad a Dios de corazón salmos, himnos y cánticos inspirados; 17y cualquier actividad vuestra, de palabra o de obra, hacedla en honor del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
EXPLICACIÓN.
Relaciones humanas en la humanidad nueva: los sentimientos mutuos han de ser los que contribuyen a la unión y facilitan la convivencia. La consagración o pertenencia a la esfera de Dios, que en 1,2 exigía la fe y la esperanza, desemboca aquí en el amor de unos por otros (12-13). Las buenas disposiciones hacia los demás se comparan a prendas de vestir; las mantiene unidas y en su sitio el cinturón o faja, que es el amor mutuo (14). Tenga la última palabra, lit. "arbitre/sea árbitro". El Señor no llama a una espiritualidad individualista, sino a vivir como miembros de una comunidad (15). Han de ser cristianos a fondo, dejando que toda la vida quede penetrada por el amor mutuo; para ello, ayuda recíproca en un ambiente de alegría y de agradecimiento a Dios (16). Alegría y gratitud en la reunión cristiana y lo mismo en la actividad (17)
Salmo. 150,1-6.
1iAleluya! Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte* firmamento.
2Alabadlo por sus proezas,
alabadlo como pide su grandeza. *
3Alabadlo tocando la trompa,
alabadlo con arpas y cítaras.
4Alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con la cuerda y las flautas.
5Alabadlo con platillos sonoros,
alabad lo con platillos vibrantes.
6Todo ser que alienta alabe al Señor. ¡Aleluya!
Explicación
150 El salterio termina con un himno a toda orquesta. Paralelo del "firmamento" es el templo celeste. Se diría que el orante piensa en los ángeles, como Sal 148,2; al final alaban todos los seres vivos, es decir, en la tierra.
La palabra cede el puesto a la música instrumental: cuerda, viento y percusión. Implícitamente el salmo aprueba el artificio humano que tempera y armoniza los sonidos del universo. Por eso extraña la oposición de los Padres a la música instrumental. El creyente puede encomendar a los instrumentos la expresión de sus sentimientos religiosos, ahorrándose palabras o compensando misteriosamente su pobreza y limitación. Una gigantesca y gloriosa tradición de música religiosa empalma con el último salmo del salterio. Como la música instrumental estiliza sonidos, así la danza estiliza movimientos humanos, los ordena en ritmos, los combina en figuras. Y todo se ofrece a la divinidad como espectáculo en su honor.
150,1 • O: sólido.
150,2 • O: por su inmensa.
Evangelio. Lucas 6,27-38.
27 Ahora bien, a vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian,
28 bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan.
29 Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica;
30 a todo el que te pide, dale, y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
31 O sea, tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
32 Pues si queréis a los que os quieren, ¡vaya generosidad! También los descreídos quieren a quien los quiere.
33 Y si hacéis el bien a los que os hacen el bien, ¡vaya generosidad! También los descreídos lo hacen.
34 Y si prestáis sólo cuando pensáis recibir, ¡vaya generosidad! También los descreídos se prestan unos a otros con intención de recobrar lo prestado.
35 ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien, y prestad sin esperar nada; así tendréis una gran recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los desgraciados y malvados.
36 Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.
37 No juzguéis y no os juzgarán, no condenéis y no os condenarán, perdonad y os perdonarán,
38 dad y os darán: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante; pues la medida que uséis la usarán con vosotros.
EXPLICACIÓN.
27-49. Segunda parte del sermón del llano, dirigida al pueblo (6,17b) (27). Dos secciones: 6,21-38, el amor generoso y universal y 6,39-49, disposiciones del oyente.
27-38. Tema central del sermón y fundamento de la nueva sociedad: el amor sin distinciones, incluso a los enemigos. Hacer y desear (bendecid, rezad) el bien (28).Desarmar la violencia con la no violencia (29); generosidad sin límites (30). Principio: tratar bien a todos, prescindiendo de cómo ellos nos tratan (31). Amor desinteresado, no proceder como los descreídos (32-34). No se habla de obedecer a Dios, sino de parecerse a él, de actuar como él actúa (hijos del Altísimo, como Jesús, cf. 1,32, realización perfecta de ese ideal) (35). Compasivos, benevolencia universal (Sal 103,8; 111,4) (36). Por eso, no erigirse en censor de los demás; la indulgencia obtiene indulgencia; el perdón obtiene perdón (37); la generosidad obtiene generosidad. Son aspectos del amor; al ejercerlo con los otros, el hombre abre sus puertas al amor de Dios. Por eso, la medida del don divino la señala el hombre mismo (38).
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