PRIMERA LECTURA. Colosenses 1,21-23.
21También vosotros estabais antes distanciados y erais enemigos jurados por vuestras malas acciones; 22ahora, en cambio, con la muerte que el Mesías sufrió en su cuerpo mortal Dios os ha reconciliado para haceros gente consagrada, sin defecto y sin reproche a sus ojos; 23a condición de que permanezcáis cimentados y estables en la fe e inamovibles en la esperanza que escuchasteis en el evangelio; el que se proclama a toda criatura bajo el cielo, y a cuyo servicio yo, Pablo, fui destinado.
EXPLICACIÓN.
Aplicación al caso de los colosenses: de enemigos a reconciliados. Ha sido la muerte de Jesús, expresión suprema del amor de Dios, la que ha hecho posible la reconciliación. Para haceros gente consagrada, etc., Ef 5,27; sin defecto y sin reproche, cf. Ef 1,4 (21-22). Condiciones para esa consagración: la firmeza (Ef 3,17) en la fe/adhesión y en la esperanza suscitadas por la escucha del evangelio, predicado ahora en todo el mundo conocido (23).
SALMO. 54,3-4.6.8
3Oh Dios, por tu honor sálvame,
con tu autoridad júzgame.
4Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras.
6Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
8Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dándote gracias, Señor, porque eres bueno,
Explicación.
Es una súplica bastante convencional, con las motivaciones del género: el peligro propio, la persecución enemiga, la bondad de Dios. La súplica es judicial: pide ser juzgado, denuncia la culpa del enemigo, invoca la sanción y su ejecución. El orante no pide venganza, sino justicia. El castigo tiene algo de pena del talión: el daño que intentaban hacer se vuelve contra ellos. La modesta calidad poética no impide la sinceridad del sentimiento.
54,3 "Tu honor" o tu nombre, tu fama, tu prestigio.
54,6 "Pero Dios": ahí está Dios; en fuerte contraste con la negación precedente.
54,8 "Voluntario": no prescrito por la ley ni exigido por un voto.
Transposición cristiana.
Pone el salmo en boca de Cristo, con las oportunas correcciones.
EVANGELIO. Lucas 6,1-5.
1 Un día de precepto atravesaba él por unos sembrados; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano.
2 Unos fariseos les dijeron:
-¿Por qué hacéis lo que no está permitido en sábado?
3 Jesús les replicó:
-¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros sintieron hambre?
4 Entró en la casa de Dios, cogió los panes de la ofrenda -que sólo a los sacerdotes está permitido comer -, comió él y les dio a sus compañeros.
5 Y añadió:
- El Hombre es Señor del precepto.
EXPLICACIÓN.
Lc sigue la redacción de Mc 2,23-28: los discípulos, sin motivo expreso, arrancan espigas y las frotan, acciones consideradas por los fariseos como trabajos prohibidos en día de precepto. Día de precepto (1: gr. sabbaton) en lugar de "sábado" (2. gr. ta sabbata): está en juego la autoridad de la Ley. Los discípulos usan de la libertad afirmada en el episodio anterior: las instituciones han caducado.
La acción de David prueba que la Ley cedía ante la necesidad humana (3s); la actitud rigorista farisea no tiene fundamento en el AT.
Sin embargo, para los discípulos vale otro principio (5): el Hombre está por encima de toda ley. Por segunda vez aparece el Hombre (cf. 5,24: el portador del Espíritu, que, como Dios en la tierra, borra el pasado pecador y comunica Espíritu/vida), denominación de Jesús, pero extensiva a los que reciban el Espíritu (3,16) y tiendan a la plenitud humana. Según este pasaje, "el Hombre", portador del Espíritu de Dios (cf. 3,22), es, como Dios mismo, superior a todo código.
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