PRIMERA LECTURA. Romanos 3,21-30.
21Ahora, en cambio, independientemente de toda Ley, está proclamada una amnistía que Dios concede, avalada por la Ley y los Profetas, 22amnistía que Dios otorga por la fe en Jesús Mesías a todos los que tienen esa fe. A todos sin distinción, porque 23todos pecaron y están privados de la presencia de Dios; 24todos pecaron y están privados de la presencia de Dios; 24pero graciosamente van siendo rehabilitados por la generosidad de Dios, mediante el rescate presente en el Mesías Jesús: 25Dios nos lo ha puesto delante como lugar donde, por medio de la fe, se expían los pecados con su propia sangre.
Así demuestra Dios que no fue injusto si dejó impunes 26con su tolerancia los pecados del pasado, con esa demostración de su rectitud en nuestros días: resulta así que él es justo y que rehabilita al que alega la fe en Jesús.
Y ahora, 27¿dónde queda el orgullo? Eliminado. ¿Por qué régimen?, ¿por el de las obras? No, al contrario, por el régimen de la fe. Porque ésta es nuestra tesis: 28que el hombre se rehabilite por la fe, independientemente de la observancia de la Ley.
29¿Acaso Dios lo es solamente de los judíos? ¿No lo es también de los demás pueblos? Evidentemente que también de los demás pueblos, 30dado que hay un solo Dios. Pues él rehabilitará a los circuncisos en virtud de la fe y a los no circuncisos también por la fe.
EXPLICACIÓN.
21-31. Una vez descrita la condición desesperada de la humanidad, los frutos tremendos de la reprobación (1,18), la pena de muerte universal, vuelve Pablo al tema de 1,17: expone la intervención salvadora de Dios: la amnistía (21) se concede a todos por la fe/adhesión a Jesús Mesías (22). Alienación universal; presencia (23), lit. "gloria", que indicaba el esplendor (o "la nube") por el que Dios manifestaba su presencia y comunicaba con su pueblo (Éx 40,34). Para describir la obra de Dios en el hombre usa tres metáforas: a) forense: amnistía, rehabilitación (24a); b) social: rescate, liberación de la esclavitud (24b); c) religiosa: expiación (24c-25a). Justificación de la paciencia de Dios (25b-26). La exposición de Pablo concuerda con hechos de la vida de Jesús (cf. Mc 2,5: la fe, única condición para el perdón; Lc 7,36-50; 15,11-23).
Expone a continuación los corolarios del principio enunciado antes. Se acaba el orgullo, característica del observante de la Ley (27-28); la rehabilitación es obra solamente de Dios, supuesto que el hombre tenga la fe/adhesión a Jesús (29-30).
SALMO. 130,1-6.
21Ahora, en cambio, independientemente de toda Ley, está proclamada una amnistía que Dios concede, avalada por la Ley y los Profetas, 22amnistía que Dios otorga por la fe en Jesús Mesías a todos los que tienen esa fe. A todos sin distinción, porque 23todos pecaron y están privados de la presencia de Dios; 24todos pecaron y están privados de la presencia de Dios; 24pero graciosamente van siendo rehabilitados por la generosidad de Dios, mediante el rescate presente en el Mesías Jesús: 25Dios nos lo ha puesto delante como lugar donde, por medio de la fe, se expían los pecados con su propia sangre.
Así demuestra Dios que no fue injusto si dejó impunes 26con su tolerancia los pecados del pasado, con esa demostración de su rectitud en nuestros días: resulta así que él es justo y que rehabilita al que alega la fe en Jesús.
Y ahora, 27¿dónde queda el orgullo? Eliminado. ¿Por qué régimen?, ¿por el de las obras? No, al contrario, por el régimen de la fe. Porque ésta es nuestra tesis: 28que el hombre se rehabilite por la fe, independientemente de la observancia de la Ley.
29¿Acaso Dios lo es solamente de los judíos? ¿No lo es también de los demás pueblos? Evidentemente que también de los demás pueblos, 30dado que hay un solo Dios. Pues él rehabilitará a los circuncisos en virtud de la fe y a los no circuncisos también por la fe.
EXPLICACIÓN.
21-31. Una vez descrita la condición desesperada de la humanidad, los frutos tremendos de la reprobación (1,18), la pena de muerte universal, vuelve Pablo al tema de 1,17: expone la intervención salvadora de Dios: la amnistía (21) se concede a todos por la fe/adhesión a Jesús Mesías (22). Alienación universal; presencia (23), lit. "gloria", que indicaba el esplendor (o "la nube") por el que Dios manifestaba su presencia y comunicaba con su pueblo (Éx 40,34). Para describir la obra de Dios en el hombre usa tres metáforas: a) forense: amnistía, rehabilitación (24a); b) social: rescate, liberación de la esclavitud (24b); c) religiosa: expiación (24c-25a). Justificación de la paciencia de Dios (25b-26). La exposición de Pablo concuerda con hechos de la vida de Jesús (cf. Mc 2,5: la fe, única condición para el perdón; Lc 7,36-50; 15,11-23).
Expone a continuación los corolarios del principio enunciado antes. Se acaba el orgullo, característica del observante de la Ley (27-28); la rehabilitación es obra solamente de Dios, supuesto que el hombre tenga la fe/adhesión a Jesús (29-30).
SALMO. 130,1-6.
1Desde lo hondo te grito, Señor,
dueño mío, escucha mi voz.
2Estén tus oídos atentos
2Estén tus oídos atentos
a mi petición de gracia.
3Si llevas cuenta, Señor, de los delitos,
dueño mío, ¿quién resistirá?
dueño mío, ¿quién resistirá?
4Pero el perdón es cosa tuya
y así te haces respetar.
5Aguardo al Señor, lo aguarda mi alma,
esperando su palabra;
esperando su palabra;
6mi alma a mi dueño,
más que el centinela a la aurora.
Explicación.
130,1 Lo hondo
es lo incomprensible, impenetrable, inescrutable. Para el orante una
situación trágica, o su conciencia de pecado, ¿o su condición humana? Lo
contrario de los montes de Sal 121 y 125. Sola la voz puede alzarse de
la hondura y, por condescendencia divina, alcanzar a Dios.
130,2 La petición se lee en textos tardíos: 2 Cr 6,40; 7,15.
130,3 "¿Quién
subsistirá?" es pregunta retórica, de respuesta negativa. Es probable
que el orante generalice dentro de su contexto nacional; pero la frase
puede ampliar su radio hasta abarcar a todo hombre: cfr. Job 14,4. El
pecado corroe la consistencia humana.
130,4 Es
competencia tuya exclusiva. Solo el soberano o la parte inocente puede
concederlo. Porque el hombre pecador depende totalmente de Dios para el
perdón (Sal 65,4), debe "respetar" a Dios con humilde "reverencia" .
130,5 Como se reserva el derecho, se reserva el tiempo, y al hombre toca esperar, aguardar.
Transposición cristiana.
Un
buen comentario se puede leer en Rom 7. Heb 4,16 nos invita a
acercarnos al ''tribunal de la gracia". Los antiguos contemplaban en la
mañana la resurrección de Cristo.
47 ¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después que vuestros padres los mataron!
48 Así dais testimonio de lo que hicieron vuestros padres y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros.
49 Por eso dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles; a unos los matarán, a otros los perseguirán",
50 para que a esta generación se le pida cuenta de la sangre de los profetas derramada desde que empezó el mundo;
51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, os lo digo: Se le pedirá cuenta a esta generación.
52 ¡Ay de vosotros, juristas, porque os habéis guardado la llave del saber! Vosotros no habéis entrado y a los que iban a entrar se lo habéis impedido.
53 Al salir de allí, los letrados y fariseos empezaron a acosarlo sin piedad y a tirarle de la lengua sobre muchas cuestiones,
54 Al salir de allí, los letrados y fariseos empezaron a acosarlo sin piedad y a tirarle de la lengua sobre muchas cuestiones,
54 estando al acecho para cogerlo en algo con sus propias palabras.
EXPLICACIÓN.
48 Así dais testimonio de lo que hicieron vuestros padres y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros.
49 Por eso dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles; a unos los matarán, a otros los perseguirán",
50 para que a esta generación se le pida cuenta de la sangre de los profetas derramada desde que empezó el mundo;
51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, os lo digo: Se le pedirá cuenta a esta generación.
52 ¡Ay de vosotros, juristas, porque os habéis guardado la llave del saber! Vosotros no habéis entrado y a los que iban a entrar se lo habéis impedido.
53 Al salir de allí, los letrados y fariseos empezaron a acosarlo sin piedad y a tirarle de la lengua sobre muchas cuestiones,
54 Al salir de allí, los letrados y fariseos empezaron a acosarlo sin piedad y a tirarle de la lengua sobre muchas cuestiones,
54 estando al acecho para cogerlo en algo con sus propias palabras.
EXPLICACIÓN.
Los juristas se sienten ofendidos y Jesús los ataca de frente (45-52).
Otras tres malaventuranzas: a) oprimen al pueblo en nombre de la Ley,
mientras ellos no la practican (46); b) aparentan honrar a los profetas,
asesinados por sus antepasados, mientras lo que hacen es sepultarlos
definitivamente (47s): continúan y hacen culminar en el presente la
actividad homicida que pretende silenciar el mensaje de Dios, llevado
ahora por los emisarios de Jesús (alusión a la época de Lc) (49).
Esta generación, la del Mesías, la que no acepta ni a Juan ni a Jesús (cf. 7,31; 9,41; 11,29ss) (51); se le pedirá cuenta: alusión a la destrucción de Jerusalén (21,20); Abel, cf. Gn 4,10; Zacarías, último profeta nombrado en el AT, cf. 2 Cr 24,22; c) monopolizan y manipulan el saber, impidiendo entrar en el Reino, la sociedad nueva que Dios ofrece a la humanidad (52). Jesús les ha hablado de conducta, y en este terreno no pueden defenderse. Intentan cazarlo en la doctrina (53s).
Esta generación, la del Mesías, la que no acepta ni a Juan ni a Jesús (cf. 7,31; 9,41; 11,29ss) (51); se le pedirá cuenta: alusión a la destrucción de Jerusalén (21,20); Abel, cf. Gn 4,10; Zacarías, último profeta nombrado en el AT, cf. 2 Cr 24,22; c) monopolizan y manipulan el saber, impidiendo entrar en el Reino, la sociedad nueva que Dios ofrece a la humanidad (52). Jesús les ha hablado de conducta, y en este terreno no pueden defenderse. Intentan cazarlo en la doctrina (53s).
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