lunes, 15 de febrero de 2021

29 DE ABRIL

 2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. Hechos 13,13-25.

13 Pablo y sus compañeros se hicieron a la vela en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó de ellos y regresó a la ciudad de Jerusalén;
14 ellos atravesaron desde Perge hasta Antioquía de Pisidia. El día de sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento.
15 Acabada la lectura de la Ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir:
                  - Hermanos, si tenéis alguna exhortación que dirigir al pueblo, hablad.

        DISCURSO PROGRAMÁTICO DE PABLO.

                  16 Pablo se puso en pie y, reclamando atención con la mano, dijo:
                 - Israelitas y adeptos, escuchad:
17 El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y exaltó al pueblo cuando vivía como forastero en Egipto; con brazo potente lo sacó de allí
18 y los soportó durante cuarenta años en el desierto.
19 Exterminó siete naciones en el país de Canaán y les dio en posesión su territorio.
20 Así pasaron unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta el tiempo del profeta Samuel.
21 Entonces pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años.
22 Lo depuso y les suscitó como rey a David, hijo de Jesé, un hombre a mi gusto(1 Sm 13,14) que cumplirá todos mis designios".
23 De su descendencia, según lo prometido, Dios sacó para Israel un salvador, Jesús.
24 Antes de su llegada, Juan predicó a todo el pueblo de Israel un bautismo en señal de enmienda.
25 Cuando Juan estaba para acabar el curso de su vida, decía: "¿Qué pensáis que yo sea? Yo no soy ése; no, mirad que detrás de mí llega uno a quien no merezco desatar las sandalias de los pies".

Explicación.

Superada la prueba, pero sólo temporalmente, Juan se separa del grupo, cuyo liderazgo ha asumido Pablo (lit. "los que rodean a Pablo"), y regresa a su comunidad de origen (13, cf. 12,12), a la espera de que se clarifique la misión.

                   Reincidencia del grupo misionero en sus preferencias por los judíos (14). El discurso que sigue es programático: contiene las líneas maestras de la predicación de Pablo en las sinagogas (cf. Lc 4,16-30). Los responsables de la sinagoga, una vez finalizadas las lecturas de costumbre, invitan a los misioneros a dirigir a Israel una exhortación homilética (15). En lugar de tomar la palabra Bernabé, el Exhortador por excelencia (cf. 4,36; 11,23), es Pablo quien pronuncia la alocución a Israel y a los simpatizantes (16).

                  La primera parte del discurso de Pablo (17-25) discurre por la historia de Israel y desemboca en la figura del rey David (17-22, comp. con 7,2-46). En conformidad con la tradición judía (cf. 2 Sm 7,12), presenta a Jesús como el Mesías liberador, sucesor de David (23, en contraste con el dicho de Jesús en Lc 20,41-44). Para darlo a conocer a sus oyentes, apela a la figura del Bautista y a su mero papel de precursor del Mesías (24s). 

SALMO. 89,2-3.21-22.25.27

2La lealtad del Señor cantaré eternamente, 
anunciaré de edad en edad tu fidelidad. 
3Afirmo: Tu lealtad está construida en los cielos, 
en ellos está firme tu fidelidad: 
21Encontré en David un siervo 

y lo he ungido con óleo sagrado. 
22Mi mano estará firme con él
y mi brazo lo hará esforzado. 
25Mi fidelidad y lealtad lo acompañarán, 
en mi nombre se alzará su cuerno.  
27EI me invocará: «Tú eres mi padre, 
mi Dios, mi Roca de salvación». 
Explicación.
89,2-3 El orante enuncia su programa: un canto para la posteridad, perdurable como el tema que trata y como su garantía celeste. 
89,21 De la unción sagrada se sigue el título de Ungido.
89,22 "Esforzado": con frecuencia usado para jefes: Is 41,10; Sal 80,18. 
89,25 Dios le ofrece su propia escolta. El singular "cuerno" responde al plural del v. 18.  
89,27-28 Como título supremo, el rey de Israel es llamado hijo de Dios y puede invocar personalmente al Señor como Padre: Sal 2,7; 2 Sm 7,14. Este salmo añade un matiz: "primogénito". Lo que es el pueblo hebreo entre otros pueblos (Ex 4,23), lo es su rey entre los reyes. No por precedencia cronológica, sino por elección y nombramiento divinos. 
Transposición cristiana.
 Ya durante la economía antigua se leyó el salmo en clave mesiánica, y así lo han leído los cristianos. Parte del v. 21 se cita en Hch 13,22; 28b se cita en Ap 1,5. Más importantes son las relaciones temáticas: el título de Mesías, la unción, la relación Hijo / Padre, el título de primogénito (Rom 8,29; Col 1,15.18 Ap 1,5; Heb 1,6). Y para meditar el tema de la fidelidad, tenemos Rom 1,5.8; 2 Tim 2,11-13.   

EVANGELIO. Juan 13,16-20.

16. Sí, os lo aseguro: No es el siervo más que su Señor ni el enviado más que el que lo envía.
17. ¿Lo entendéis? Pues dichosos vosotros si lo cumplís.
18. No lo digo por todos vosotros, yo sé bien a quiénes elegí, pero así se cumple aquel pasaje: “El que come el pan conmigo me ha puesto la zancadilla” (Sal 41,10).
19. Os lo digo ya desde ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy lo que soy.
20. Sí, os lo aseguro. Quien recibe a cualquiera que yo envíe, me recibe a mí, y quien me recibe a mí, recibe al que me envió.

EXPLICACIÓN.

Cita un proverbio conocido (16) para señalar la arrogancia y la irresponsabilidad que supondría separarse de su ejemplo. No le basta la adhesión de principio (17), se requiere la práctica de su mensaje. Bienaventuranza (dichosos, cf. 20.29): en el amor está la plenitud de vida. No se es feliz dominando, sino amando; no siendo superiores, sino iguales (16: siervo, señor).

Nueva alusión al traidor (cf. 6,70; 13,11) (18). Jn adapta el texto de Sal 41,10. Judas, manteniendo la apariencia (el que come pan conmigo) ha traicionado la amistad. Cuando llegue la muerte de Jesús, sabrán que ha sido voluntaria (19). Según dicho de Jesús (20): la humanidad ante su mensaje (16: el enviado, el que envía).

SÍNTESIS.

Con plena libertad, Jesús, el Señor, se hace servidor de los suyos, para darles la condición de “señores”. Crea así una comunidad de hombres libres e iguales (15,15: amigos). El amor es servicio para ayudar al hombre a serlo plenamente, a tener la libertad y dignidad de hijo de Dios.

Jesús efectúa una inversión total de la concepción tradicional de Dios y, en consecuencia, de su relación con el hombre y de los hombres entre sí. El Padre, que no ejerce dominio, sino que comunica vida y amor, no legitima ningún poder ni dominio.
 
2ª OPCIÓN.
 
Primera Lectura. 1 Juan 1,5 -- 2,2

5EI anuncio que le hemos oído a él y que os manifestamos a vosotros es éste: que Dios es luz y que en él no hay tiniebla alguna.
6Si afirmamos estar unidos a él mientras nos movemos en las tinieblas, mentimos, y nuestra conducta no es auténtica. 7En cambio, si nos movemos en la luz, como él está en la luz, estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos va limpiando de todo pecado.
8Si afirmamos no tener pecado, nosotros mismos nos extraviamos y no llevamos dentro la verdad. 9Si reconocemos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, cancela nuestros pecados y nos limpia de toda injusticia.
10Si afirmamos no haber pecado nunca, dejamos a Dios por embustero y no llevamos dentro su mensaje.
21Hijos, os escribo esto para que no pequéis; pero, en caso de que uno peque, tenemos un defensor ante el Padre, Jesús, Mesías justo, 2que ha expiado nuestros pecados, y no, sólo los nuestros, sino también los del mundo entero. 
 
Explicación.
 
 Dios es luz, sin artíc., para expresar cualidad (5). Luz, que se identifica con la vida Un 1,4: «la vida era la luz del hombre»), implica manifestación Un 1,4: «la luz brilla») y comunicación Un 1,9: «ilumina a todo hombre»). Dios se da a conocer, y en ese conocimiento revela lo que es. La segunda sentencia, que excluye de Dios todo aspecto negativo: y en él no hay tiniebla alguna, indica que la revelación es completa. Aunque sea imposible abarcar la realidad divina, dentro de la limitación humana se puede conocer lo que realmente es Dios y excluir lo que no es.

En consecuencia, la primera condición para estar unido a Dios es aceptar la comunicación divina (la luz que ilumina), que va transformando al hombre asemejándolo a Dios; si no existe esa semejanza, es falsa la unión con Dios que se afirma (6). Vivir en la luz que es la vida produce el compartir esa vida unos con otros.  

Esto no hace impecables, pero mantiene unidos a Dios, y la conciencia de pecado no domina la existencia (cf. 3,19-24) (7). Los pecados ocasionales no crean una barrera entre Dios y el hombre.

De hecho, la muerte-resurrección de Jesús ha cambiado de raíz la relación del hombre con Dios; la supresión de la Ley y el don del Espíritu como respuesta a la opción libre de! hombre (Jn 2,1-11) crea una comunión de vida con Dios, expresada en la relación Padre-hijo, que se mantiene mientras el hombre no revoque su opción.

Para formular esto el autor usa dos metáforas. La primera (ausente en el Evangelio de Juan) está tomada del sistema sacrificial judío: la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado (cf. 2,2: expía nuestros pecados). La segunda, la imagen del juicio, donde Jesús aboga en favor de los suyos (2,2: tenemos un defensor).

Según Lv 17,11, la sangre «expía» mediante la vida que se dice estar «en» la sangre. La fuerza de vida de Jesús (el Espíritu/amor) liberada por su muerte, acto supremo de amor, de los límites individuales, actúa eliminando gradualmente la injusticia de la conducta en los que dan la adhesión a Dios a través de él.

Nadie es perfectamente coherente con su compromiso cristiano, y todos han tenido parte en la injusticia del mundo (tener pecado) (8); en quien lo reconoce, Dios no sólo cancela el pasado pecador, sino que elimina la injusticia interior, que vicia la relación con Dios y con los hombres (cf. Jr 40,8); fiel, porque cumple sus promesas; justo, porque no tolera la injusticia y ayuda a salir de ella (9). Los disidentes que proclaman ser y haber sido impecables niegan la necesidad de salvación (cf. Jn 8,37) (10).

Confianza del autor (2,1: Hijos, lit. «hijitos»). Actuar injustamente o hacer daño a otros no se compagina con la vida cristiana (para que no pequéis), pero, en todo caso, el perdón está asegurado (2,1-2) para los que viven en la luz (cf. 1,7), es decir, para los que mantienen la opción. Defensor, sentido del gr. parakletos en contexto judicial; cf. Jn 14,16,26; 15,26; 16,7 (“valedor”, más general). La defensa de Jesús es válida porque el pecado, obstáculo para el acceso a Dios, ha sido virtualmente eliminado por su muerte.
 
Salmo. 103,1-4.8-9.13-14.17-18

(Eclo 18,8-14)
1Bendice, alma mía, al Señor
y todo mi interior,
a su santo nombre.
2Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.
3ÉI perdona todas tus culpas,
cura todas tus dolencias.
4ÉI rescata tu vida de la fosa
y te corona con su bondad y compasión. 
8«EI Señor es compasivo y clemente,
paciente y misericordioso».
9No está siempre pleiteando
ni guarda rencor perpetuo. 
13Como un padre se enternece con sus hijos,
así se enternece el Señor con sus fieles.
14Pues él conoce nuestra condición
y se acuerda de que somos barro. 
 
17pero la misericordia del Señor con sus fieles
dura desde siempre hasta siempre;
su justicia pasa de hijos a nietos,
18para los que guardan la alianza
y recitan y cumplen sus mandatos. 
Explicación.
103,2 "Beneficios": un uso de "retribución" benéfica raro, compartido sólo con 2 Cr 32,25 y dos proverbios impersonales.
103,3-6 Los seis participios son enumerativos. Podemos agrupar tres: perdona el pecado, causa, cura la enfermedad, consecuencia, salva de la muerte, castigo o destino. Los otros tres introducen la terna "compasión, misericordia, bondad" y la bina "justicia y derecho" a favor de los "oprimidos".
103,3 El "perdonador": el verbo hebreo es raro en el salterio: 25,11, el adjetivo en 86,5, el sustantivo en 130,4. "Médico": Ex 15, 26 y otros.
103,4 "Rescatador" título y acción frecuentes en ls 40-55: significa recobrar una propiedad o una libertad: rescate extremo, del poder de la Muerte. "Coronador": puede significar ceñir una corona o turbante y también, rodear protegiendo. Aquí encaja mejor el segundo significado. 
103,9-10 Empieza el comentario con cuatro oraciones negativas, que no niegan los verbos, sino los adverbios. Acusa y pleitea, pero no perpetuamente; paga y castiga, pero no como merecemos. A la queja de Lam 5,20, a la pregunta de Sal 77,8 responde: "no para siempre"; el doble castigo de Is 40,1 lo corrige: "no como merecemos". La medida del castigo no es el delito, porque su justicia está temperada y superada por la misericordia.
103,11-13 Las tres comparaciones ya comentadas.
103, 14 Términos de alfarería. Nadie como el alfarero conoce el material empleado y el modelado impreso (Gn 6,5). Nuestra fragilidad de cerámica es nuestra mayor ventaja, porque nuestro alfarero es nuestro padre. Léase el desarrollo paralelo de Eclo 18,8-14. 
103,17 -18 La "misericordia" parece limitarse a la comunidad de los fieles, se desplaza hacia la lealtad debida a la "alianza"; la "justicia" es exigencia de observancia. Entonces, ¿es una misericordia condicionada? Cabe otra explicación: que, una vez perdonados, se enmienden y cumplan los mandamientos; lo contrario sería presunción: Eclo 5,4-6. La misericordia y el perdón no son carta blanca para el delito. 
Transposición cristiana.   
Este salmo anticipa la revelación por Jesús de la paternidad de Dios, tema central del evangelio de Juan, Puestos a escoger, recordemos el padrenuestro, la oración en la cruz (Lc 23,34), la parábola del hijo pródigo, la revelación de Mt 11,25-27; Lc 10,21 s.
Evangelio. Mateo 11,25-30

25 En aquella ocasión exclamó Jesús:
                   - Bendito seas, Padre, Señor del cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla;
26 sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.
                  27 Mi Padre me lo ha entregado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
                  28 Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro. 
29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde: encontraréis vuestro respiro,
30 pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

EXPLICACIÓN.

25 - 30.      Los intelectuales no entienden las obras del Mesías, pero sí el pueblo sencillo. Es la ausencia de todo interés torcido lo que permite discernir el plan de Dios. (11,19b). Los sabios y entendidos (Is 29,14): sus mezquinos intereses inutilizan su ciencia. Me lo ha entregado todo, cf. 1,23: "Dios con nosotros"; 3,17; "mi Hijo", La relación íntima entre Jesús y el Padre, por la comunidad de Espíritu (3,16); sólo conoce al Padre quien recibe el Espíritu de Jesús y experimenta el amor de Dios como Padre. El conocimiento de Dios a través del estudio de la Ley (sabios y entendidos) no es verdadero conocimiento. Se atribuye al Padre o a Jesús o que depende de la disposición del hombre (27). "Cansados y agobiados" por la enseñanza de los sabios y entendidos. Jesús es maestro, pero no domina (28). Yugo, las exigencias que se derivan de su mensaje. Para acercarse a Dios no hay que observar la Ley, basta con acercarse a Jesús.

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