miércoles, 13 de enero de 2021

5 DE FEBRERO

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. Hebreos 13,1-8.

 1Consérvese el amor fraterno. 2La hospitalidad no la echéis en olvido, que por ella algunos, sin saberlo, hospedamos ángeles. 3Acordaos de los presos como ligados con ellos y de los maltratados, que también vosotros vivís en un cuerpo.
                      4Valoren todos el matrimonio y no deshonren el lecho nupcial, porque a los libertinos y adúlteros los juzgará Dios.
                      5La conducta será desinteresada, conformándose con lo que uno tiene, pues él ha dicho: "Nunca te dejaré, nunca te abandonaré" (Dt 31,6). 6Con esto podemos decir animosos: "El Señor está conmigo, no temo; ¿qué pdrá hacerme un hombre?" (Sal 118,6).
                     7Acordaos de aquellos dirigentes vuestros que os expusieron la palabra de Dios, y, teniendo presente cómo acabaron su vida, imitad su fe.
                     8Jesús Mesías es el mismo hoy que ayer y será el mismo siempre.
Explicación.

El amor ha de ser demostrado con actos concretos: La hospitalidad era muy estimada tanto por los judíos como por los griegos; alusión a los episodios de Abrahán y Lot con los visitantes/ángeles (Gn 18-19) (1-2). Solidaridad con los que sufren persecución, recomendada también por los filósofos estoicos (3).

                Moralidad conyugal; los judíos criticaban la inmoralidad de los paganos y no dudaban del castigo divino para esos desórdenes (4).

                Despego del dinero, ideal propuesto también por los filósofos; conformándose con lo que uno tiene, cercano del principio estoico de la "autosuficiencia"; confianza en Dios (Dt 31,6; Jos 1,5; Sal 118,6) (5-6).

               El recuerdo de los líderes se encuentra también en Gál 6,6 y 1 Tes 5,12; imitar la coherencia de estos hombres, que dieron la vida por el mensaje que habían enseñado (7).

               Jesús Mesías no cambia; el Jesús glorioso (hoy) es y se comporta como el Jesús histórico (ayer) y así seguirá siempre (mañana). Adoptar doctrinas y observancias opuestas a su mensaje, probablemente judías (prescripciones alimentarias), considerándolas medios para agradar a Dios, equivale a separarse de él (8-10).

  SALMO. 27,1.3.5,8-9.

1 El Señor es mi luz y mi salvación:
¿a quién temeré?
el Señor es baluarte de mi vida:
¿de quién me asustaré?
3 Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no teme;
si entran en batalla contra mí,
aun así yo confío.
5 El me guarecerá en su cabaña
a la hora del peligro;
me esconderá en lo escondido de su tienda,
me alzará sobre la roca. 8 -"Buscad mi rostro".
Mi corazón te dice:
-Yo busco tu rostro, Señor:
9 no me ocultes tu rostro.
No apartes con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me rechaces, no me abandones,
Dios de mi salvación.

Explicación.

 27, 1-6 La primera parte está dominada por la imagen bélica, que contagia otros detalles; el templo, sin dejar de ser "cabaña y tienda", es roca defensiva. Sucede una doble elevación: el templo, refugio bélico provisorio, asciende a morada permanente, de edificio donde habitar a lugar donde estar con Dios. Asediado, el orante se esconde. En ese recinto pasa de la "observación" sensible a la "contemplación" espiritual. Allí supera los miedos que atenazan y se entrega al canto gozoso. Su fuga ha sido una huida hacia dentro y hacia arriba (5).

27,1 Los tres títulos de Dios son un programa. Luz: Sal 36,10: Salvación Sal 18,3.47; baluarte Sal 31,3.5. Sobre el temor: Jr 1,17; Is 51,12.

27,2 "Tragarme vivo": a la letra "comer la carne"; Is 9,19; 49,26.

27,4b Coincide con el final del Sal 23. Habitar vitaliciamente en el templo es privilegio de sacerdotes y levitas.

27,4c El templo material puede ser observado (Sal 48,13-15); la belleza del Señor se contempla en una experiencia espiritual.

 27,7-8 El texto es difícil, y los autores cambian la vocalización o el orden. En efecto: "buscad mi rostro" sólo lo puede decir el Señor: cfr. Os 5,15; 2 Cor 7,14. Yo traslado y tomo esa frase como texto de "respóndeme"; y coordino dos verbos de decir: "respóndeme - le dice mi corazón". El orante quiere escuchar de Dios la invitación que normalmente dirige a la comunidad; al oírla, replica que ya la está cumpliendo, que la cumpla también el Señor.

27,9 La "ira" responde al pecado y anula confianza. Con todo, el salmista no confiesa pecados ni pide perdón; solamente deja pasar por la mente y salir por los labios, para conjurarla, esa terrible posibilidad.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El tema de la confianza en Dios adquiere urgencia y validez renovadas por la revelación de la paternidad de Dios y la victoria de Cristo. Véase Jn 14,1s; 16,3; Lc 11,13; 1 Cor 1,3-5. 

EVANGELIO.  Marcos 6,14-29.

Miedos de Herodes y muerte de Juan Bautista (Mt 14,1-12; Lc 9,7-9)'

14Como su fama se había extendido, llegó a oídos del rey Herodes. Unos decían:
-Juan Bautista ha resucitado de la muerte y por eso las potencias actúan por su medio.
15Otros, en cambio, opinaban:
-Es Elías.
Otros, por su parte, decían:
-Es un profeta comparable a los antiguos.
16Pero Herodes, al oírlo, decía:
-Aquel Juan a quien yo le corté la cabeza, ése ha resucitado.    
17Porque el tal Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, debido a Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con la que se había casado. 18Porque Juan le decía a Herodes:
-No te está permitido tener como tuya la mujer de tu hermano.
19Herodías, por su parte, se la tenía guardada a Juan y quería quitarle la vida, pero no podía; 20porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo tenía protegido. Cuando lo escuchaba quedaba perplejo, pero le gustaba escucharlo.
21Llegó el día oportuno cuando Herodes, por su aniversario, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a los notables de Galilea. 22Entró la hija de la dicha Herodías y danzó, gustando mucho a Herodes y a sus comensales. El rey le dijo a la muchacha:
-Pídeme lo que quieras, que te lo daré.
23Y le juró repetidas veces:
-Te daré cualquier cosa que me pidas, incluso la mitad de mi reino.
24Salió ella y le preguntó a su madre:
-¿Qué le pido?
La madre le contestó:
-La cabeza de Juan Bautista.
25Entró ella enseguida, a toda prisa, adonde estaba el rey, y le pidió:
-Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
26El rey se entristeció mucho, pero, debido a los juramentos y a los convidados, no quiso desairarla. 27El rey mandó inmediatamente un verdugo, con orden de que le llevara la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, 28le llevó la cabeza en una bandeja y se la dio a la muchacha: y la muchacha se la dio a su madre.
29 Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.
Explicación.

(6,14-29): Las opiniones sobre Jesús lo asimilan a figuras de! pasado, sin comprender la novedad de su mensaje ni la calidad de su persona. Opinión de Herodes (14-17). La muerte de Juan, e! predicador del cambio de vida, se debió a la denuncia del adulterio público de Herodes y Herodías, pero este adulterio sirve de trasfondo a la infidelidad a Dios de los dirigentes judíos, llamada «adulterio» por los profetas: los notables de Galilea están en e! banquete de Herodes (21), perseguido de Juan {no en el banquete mesiánico, 2,15), reconociéndolo por rey legítimo. Estos son «los herodianos» (3,6; 8,15; ~2.'13). En el plano figurado, Herodías, la adúltera, representa a estos dirigentes, la hija, al pueblo sin voluntad propia y juguete en sus manos (paralelos con la hija de Jairo: 5,35 y 6,22: hija; 5,41.42 y 6,28: muchacha). Juan no habría denunciado solamente la inmoralidad personal de Herodes, sino el connubio entre los dirigentes judíos y el poder del tirano. La muerte de Juan a manos de! poder civil, por instigación del poder judío (Herodías), preludia la muerte de Jesús.  

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. 1 Corintios 1,26-31

26Y si no, hermanos, fijaos a quiénes os llamó Dios: no a muchos intelectuales, ni a muchos poderosos, ni a muchos de buena familia; 27todo lo contrario: lo necio del mundo se lo escogió Dios para humillar a los sabios; y lo débil del mundo se lo escogió Dios para humillar a lo fuerte; y lo plebeyo del mundo, lo despreciado, se lo escogió Dios: lo que no existe, para anular a lo que existe, 29de modo que ningún mortal pueda enorgullecerse ante Dios.
         30Pero de él viene que vosotros, mediante el Mesías Jesús, tengáis existencia, pues él se hizo para nosotros saber que viene de Dios: honradez y, además, consagración y liberación, 31 para que, como dice la Escritura: "El que está orgulloso, que esté orgulloso del Señor" (Jr 9,22).

EXPLICACIÓN.

Si la doctrina de la cruz hubiera de conocerse por especulación intelectual, no existiría esta comunidad de gente humilde (26-29). Ellos lo deben todo a Dios, y su existencia confunde al orgullo del mundo. Jesús les ha dado todo lo que son y él lo es todo para ellos (30). De ahí que su único orgullo haya de ser pertenecer al Señor (cf. Jr 9,22s) (31).      

Salmo. 31,3-4.6.8.16-17

3 Préstame oído, ven aprisa a librarme,
sé mi roca de refugio, mi alcázar salvador;
4 que mi peña y alcázar eres tú:
por tu nombre dirígeme y guíame;

6 En tu mano encomendaba mi vida:
y me libraste, Señor, Dios fiel.

8 Festejaré, celebraré tu lealtad,
pues te fijaste en mi aflicción
velaste por mi vida en peligro.

16 En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen.
17 Muestra a tu siervo tu rostro radiante,
sálvame por tu lealtad.

Explicación.

31, 2b-5. Se adensa la súplica en siete imperativos de liberación y cuatro sustantivos que componen un espacio metafórico militar o cinegético. El orante se imagina como animal indefenso, acosado por cazadores que intentan matarlo; salta a una peña, busca una roca, cae en la red; alguien lo saca y conduce a lugar seguro (véase v.9). Cabe también la imagen militar recordando las aventuras de David huido por las montañas: 1 Sm 22,4s; 24,23. El paso de una imagen a otra es fluido, las imágenes pierden precisión. "Por tu nombre": puede ser también título o fama; el orante no alega méritos propios, sino peligros, y la fama o prestigio de Dios.

31,6-9. Los verbos del orante. El hifil de pqd es confiar un depósito a un guardián (Lv 5,21.23). Implica que el guardián es fiel (6b) y que uno se fía de él (7b). El orante deposita, no una propiedad preciosa, sino el "aliento" o vida o espíritu (cfr. Nm 27,16). En fuerte contraste están (a la letra) "quienes guardan soplos vanos" (Jn 2,9). Con los verbos del Señor podemos componer una secuencia: libró - se fijó - se ocupó no entregó - estableció. Verbos ricos de paralelos. P. ej. "fijarse en la aflicción": Ex 3,7; 4,31; Dt 26,7; "entregar en poder" 1 Sm 23,11 "establecer", con resonancia de nombrar: Sal 18,34; 30,8. El "espacio" se opone a la estructura (de 8b y 10a). Llamar a los ídolos "soplos" se encuentra en Dt 32,21 y es corriente en Jr.


31,15-19. La súplica se bifurca en el v.18. Tras la enumeración de desgracias sigue lógicamente la petición de auxilio. Y como las desgracias han sido infligidas en parte por otros, pide para sí protección, para los enemigos castigo. 15a es eco de 7b, 16a de 6a. El título "mi Dios" muestra que confianza y fe son equivalentes.

31,16 "Azares". La temporalidad, que se va gastando medida en años (11), ahora se mide en horas o instantes. Toda la vida, desmenuzada y cambiante, mantenida en su cambio y continuidad por Dios.

31,17 "Iluminar el rostro" es mostrarlo benévolo, como el sol un día sereno. La expresión es propia de la bendición (Nm 6,25) y de la súplica: Sal 67,2; 80,4.8.20. Si antes (2) invocaba la justicia, ahora invoca la "lealtad" o misericordia, su correlativa.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El salmo se ha hecho famoso porque el v.6 lo pone Lucas en boca de Cristo agonizante (23,46) y luego en boca de Esteban mártir (Hch 7,59). Dios recibe en depósito una vida, que no se perderá. En la misma línea se puede leer el v.16, y de ahí se extiende a la lectura cristológica y eclesiológica; sólo que corrigiendo el v.18, pues ni Jesús ni esteban piden la muerte de sus enemigos.

Evangelio. Lucas 9,23-26

23 Y, dirigiéndose a todos, dijo:
- El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz y entonces me siga;
24 porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, ése la pondrá a salvo.
25 Y ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si acaba perdiéndose o malográndose él mismo?
26 Porque si uno se avergüenza de mí o de mis palabras, también el Hombre se avergonzará de él cuando llegue con su gloria, con la del Padre y la de los ángeles santos.

Explicación.

Todos (23), también los discípulos no representados por los Doce (cf. Mc 8,34). Negarse a sí mismo, renunciar a toda ambición de dinero, prestigio o poder; cargar con la cruz, aceptar la hostilidad de la sociedad injusta (6,22); cada día, constancia (8,15). La vida física no es el valor supremo; falsa y verdadera salvación (24). La ambición destruye al hombre (25). No ceder a la presión social (26). 

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