viernes, 30 de abril de 2021

10 DE JUNIO

 Primera Lectura. 2 Corintios 3,15 --  4,1.3-6

315No,  hasta hoy, cada vez que leen a Moisés un velo cubre sus mentes. 16"Pero, cuando se vuelva hacia el Señor, se quitará el velo" (Éx 34,34); 17ahora bien, ese Señor es el Espíritu, y donde hay Espíritu del Señor, hay libertad. 18Y nosotros, que llevamos todos la cara descubierta y reflejamos la gloria del Señor, nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; tal es el influjo del Espíritu del Señor.
4             1Por eso, encargados de este servicio por misericordia de Dios, no nos acobardamos; 2al contrario, hemos renunciado a tapujos vergonzosos, dejándonos de intrigas y no falseando el mensaje de Dios; en vez de eso, manifestando la verdad, nos recomendamos a la íntima conciencia que tiene todo hombre ante Dios.
                  3Pero, además, si la buena noticia que anunciamos sigue velada, es para que los que se pierden, 4pues por su incredulidad el dios del mundo este les ha cegado la mente y no distinguen el resplandor de la buena noticia del Mesías glorioso, imagen de Dios. 5Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Jesús Mesías es Señor y nosotros siervos vuestros por Jesús; 6pues el Dios que dijo: "Brille la luz sobre la faz de las tinieblas" (Gn 1,3) la ha encendido en nuestros corazones, haciendo resplandecer el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro del Mesías.

EXPLICACIÓN.

Sin velo (Éx 34,34), los cristianos pueden leer la Escritura y penetrar su sentido. La obra del Espíritu. Espíritu del Señor o bien Espíritu que es Señor, otra traducción posible, "tal es el influjo del Señor, que es Espíritu", por oposición a Moisés, que representaba la letra/el código (15-18). 

La misión de Pablo nace de un encargo de Dios. No necesita de intrigas o falsedades para demostrarlo. Su autenticidad es su única recomendación (1-2).

Sin embargo, los intereses malvados de la sociedad hacen a los hombres insensibles al evangelio y a la persona del Señor (3-4). No se puede usar el evangelio para buscar el propio beneficio, hay que predicar a Jesús, apoyándose en la experiencia interior (5). La luz, cuya existencia inauguró la creación (Gn 1,3), era símbolo de salvación para Israel (cf. Is 9,2); ahora, la salvación se encuentra en Jesús, Mesías/Salvador (6).           

Salmo. 85,9-14.

9Voy a escuchar lo que dice Dios:
el Señor propone* la paz
a su pueblo, a sus leales,
a los que recobran la esperanza.
10Ya se acerca su Salvación a sus fieles,
para que la Gloria habite en nuestra tierra.
11 Lealtad y Fidelidad se encuentran, 
Justicia y Paz se besan; 
12Fidelidad brota de la tierra, 
Justicia se asoma desde el cielo. 
13Pues el Señor dará la prosperidad 
y nuestra tierra dará su cosecha. 
14Justicia caminará delante de él 
encaminando sus pasos.
Explicación.
85,9 Alguien en la asamblea escucha y comunica el oráculo de respuesta (Sal 81.6c); sólo que Dios no toma la palabra en primera persona. Por eso, los versos 10-14 podrían ser comentario litúrgico. Es un mensaje "de paz": Dios los ha reconciliado. Se dirige a un pueblo que responde con su "lealtad" a la lealtad divina y con su "esperanza" a las promesas. "Recobran" o se convierten a la esperanza. * O: anuncia.
85,10-14 Es una escena de transfiguración poética. Definen el horizonte "cielo y tierra"; los personajes apenas se mueven; Justicia aparece tres veces. Compárese esta escena con la de Is 32,16s. ¿Son cualidades divinas o virtudes humanas? Divina es Gloria, y acción suya Salvación; las otras las posee ejemplarmente y se las comunica al hombre para su bienestar íntegro.
85,10 "Está cerca": véase Is 56,1. La Gloria vuelve a habitar en el templo: se ha de entender sobre el fondo de Ez 10 Y 43.
85,11 Por la ley del paralelismo, los dos verbos se predican de todos los sujetos.
85,12 Señala la dimensión vertical y cósmica de la escena. "Brotar" es imagen de ascendencia ilustre: léanse Is 45,8; 61,11, una cosecha de virtudes humanas.
85,13 La prosperidad abarca también el campo material: Sal 72,16. Dios, el dador, da "el bien", que en el caso presente es la lluvia; véase Is 55,10.
85,14 Ahí pudo terminar la escena, cuando sobreviene algo inesperado: el Señor se pone en camino, y por delante, abriéndole paso, avanza Justicia. El final es sorprendente: el Señor cuya Gloria reside en el templo sigue caminando por la historia. Otros corrigen y leen en el segundo hemistiquio paz o rectitud.
Transposición cristiana.
No encuentro en el NT una escena tan sugestiva, pero encuentro dispersas todas las cualidades mencionadas. Véanse entre otros muchos Rom 14,17; Heb 5,9; Lc 2,30. Algunos Padres aplican el v. 13 al nacimiento del Mesías.
Evangelio. Mateo 5,20-26.
20 porque os digo que, si vuestra fidelidad no se sitúa muy por encima de la de los letrados y fariseos, no entráis en el reino de Dios.
21 Os han enseñado que se mandó a los antiguos: "No matarás (Éx 20,13), y si uno mata será condenado por el tribunal". 
22 Pues yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será condenado por el tribunal; el que lo insulte será condenado por el Consejo; el que lo llame renegado será condenado al fuego del quemadero.
                  23 En consecuencia, si yendo a presentar tu ofrenda al altar, te acuerdas allí de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja tu ofrenda allí, ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; vuelve entonces y presenta tu ofrenda.
                 25 Busca un arreglo con el que te pone pleito, cuanto antes, mientras vais todavía de camino; no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no pagues el último cuarto.

EXPLICACIÓN.

Fidelidad (20) en calidad y totalidad: es insuficiente el legalismo, como queda claro en el desarrollo subsiguiente (5,21-6,18), se requiere una nueva actitud, pero el discípulo no puede ser negligente. La puerta para entrar en el Reino es la primera bienaventuranza (5,3), que crea la nueva actitud: a ella se refiere esta fidelidad.

21 - 26.       Jesús ataca la concepción de la Ley mantenida por los letrados. Seis antítesis. No pretende radicalizar la Ley de Moisés, sino, frente a ella, sacar las consecuencias que derivan de un principio mucho más exigente: el bien del hombre y la sociedad de amor mutuo.

                  No basta abstenerse de la acción (matar), la actitud (estar peleado) (22) merece ya el juicio. Se manifiesta en el insulto; cuando llega a excluir al otro del propio trato (renegado), merece la pena definitiva, simbolizada por la destrucción del fuego. La buena relación con los hombres tiene precedencia sobre la relación con Dios expresada en el culto (23s). Cuando no se ataja la discordia, sus efectos pueden ser extremos (25).

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