2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
PRIMERA LECTURA. Tobías 6,10-11; 7,1.9-17; 8,4-9.
6 10Habían entrado ya en Media, y estaban cerca de Ecbatana, 11cuando Rafael dijo al chico:
7 1Al llegar a Ecbatana, le dijo Tobías:
-Amigo Azarías, llévame derecho a casa de nuestro pariente Ragüel.
El ángel lo llevó a su casa de Ragüel. Lo encontraron sentado a la puerta del patio; se adelantaron a saludarlo, y él les contestó:
-Tanto gusto, amigos; bienvenidos.
9Cuando se lavaron y bañaron, se pusieron a la mesa. Tobías dijo a Rafael:
-Amigo Azarías, dile a Ragüel que me dé a mi pariente Sara.
10Ragüel lo oyó, y dijo al muchacho:
-Tú come y bebe y disfruta a gusto esta noche. Porque, amigo, sólo tú tienes derecho a casarte con mi hija, Sara, y yo tampoco puedo dársela a otro, porque tú eres el pariente más cercano. Pero, hijo, te voy a hablar con toda franqueza. 11Ya se la ha dado en matrimonio a siete de mi familia, y todos murieron la noche en que iban a acercarse a ella. Pero bueno, hijo, tú come y bebe, que el Señor cuidará de vosotros.
12Tobías replicó:
-No comeré ni beberé mietras no dejes decidido este asunto mío.
Ragüel le dijo:
-Lo haré. Y te la daré como prescribe la Ley de Moisés. Dios mismo manda que te la entregue, y yo te la confío. A partir de hoy, para siempre, sois marido y mujer. Es tuya desde hoy para siempre. ¡El Señor del cielo os ayude esta noche, hijo, y os dé su gracia y su paz!
13Llamó a su hija, Sara. Cuando se presentó, Ragüel le tomó la mano y se la entregó a Tobías, con estas palabras:
-Recíbela conforme al derecho y a lo prescrito en la Ley de Moisés, que manda se te dé por esposa. Tómala y llévala enhorabuena a casa de tu padre. Que el Dios del cielo os dé paz y bienestar.
14Luego llamó a la madre, mandó traer papel y escribió el acta del matrimonio: "Que se la entregaba como esposa conforme a lo prescrito en la Ley de Moisés".
Después empezaron a cenar.
15Ragüel llamó a su mujer, Edna, y le dijo:
-Mujer, prepara la otra habitación, y llévala allí.
16Edna se fue a arreglar la habitación que le había dicho su marido. Llevó allí a su hija y lloró por ella. Luego, enjugándose las lágrimas, le dijo:
17-Ánimo, hija. Que el Dios del cielo cambie tu tristeza en gozo. Ánimo, hija. Y salió.
8 4Cuando Ragüel y Edna salieron, cerraron la puerta de la habitación. Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara:
-Mujer, levántate, vamos a rezar pidiendo a nuestro Señor que tenga misericordia de nosotros y nos proteja.
5Se levantó, y empezaron a rezar pidiendo a Dios que los protegiera. Rezó así:
"Bendito eres,
Dios de nuestros padre,
y bendito tu nombre
por los siglos de los siglos.
Que te bendigan el cielo
y todas las creaturas por los siglos.
6Tú creaste a Adán,
y como ayuda y apoyo
creaste a su mujer, Eva:
de los dos nació la raza humana.
Tú dijiste: "No está bien que el hombre esté solo,
voy a hacerle alguien como él que le ayude".
7Si yo me caso con esta prima mía
no busco satisfacer mi pasión,
sino que procedo lealmente.
Dígnate apiadarte de ella y de mí,
y haznos llegar juntos a la vejez".
Los dos dijeron:
-Amén, amén.
9Y durmieron aquella noche.
Ragüel se levantó, llamó a los criados y fueron a cavar una fosa;
Explicación.
7,1 Desde el enamoramiento hasta la consumación del matrimonio no pasarán ni veinticuatro horas. Esta es la primera vez que el joven da órdenes a su empleado y guía; como acuciado por el amor repentino que siente.
7,9 Lavarse antes de comer es observancia legal. A la mesa se sientan los tres hombres; la mujer sirve, la muchacha espera.
7,11-12 Tercera versión del asunto del demonio: el narrador (3,17), Tobías de oídas (6,14-15). Ragüel habla del maleficio sin mencionar al demonio. Su informe no produce efecto porque el narrador lo ha desactivado de antemano. Con todo, es extraño que Tobías no diga que tiene el remedio en el bolsillo.
7,12b-14 La ceremonia de la boda está muy simplificada. El padre actúa de notario y también da la bendición. El documento escrito reemplaza los juramentos de los testigos.
"Marido y mujer": el griego dice "hermano y hermana", según el hebreo, por su uso atestiguado en Prov 7,4 y Cant. La versión de AB abrevia la escena, la Vulgata la amplifica.
Si Ragüel teme seriamente por la vida de su sobrino, la ceremonia tiene una ironía trágica, macabra. En efecto, ¿qué significa "de hoy para siempre... llévala enhorabuena a casa de tu padre"? No se diría que está nombrando un nuevo candidato para una muerte probable e inminente. Ni el hecho de cumplir la ley de Moisés ni la voluntad de Dios bastan para tranquilizarlo.
7,16-17 La madre entra en el juego: ¿está preparando una alcoba nupcial o una cámara mortuoria? Son bien poco unas lágrimas y una jaculatoria.
8,4 La Vulgata amplifica y menciona de nuevo el tema de las tres noches de continencia (cfr. 1 Tes 4,4-5).
8,5-7. La plegaria imita frases del salterio. El título "Dios de nuestros padres" encaja bien en el contexto, y aduce un horizonte patriarcal. Dios es Señor del universo y eterno. Cada matrimonio repite el misterio de la primera pareja, creada para mutua ayuda y fecundidad. La respuesta a los tabúes no es la licencia sexual, sino el discurrir en el cauce del designio divino. También aquí se enredaron los teólogos medievales discutiendo los fines del matrimonio. El griego opone porneia y aletheia, la Vulgata lujuria y deseo puro de prole.
8,9 Contradice la teoría de las tres noches.
SALMO. 128,1-5.
1 ¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
y sigue sus caminos!
2Comerás de la fatiga de tus manos,
serás dichoso, te irá bien.
serás dichoso, te irá bien.
3Tu mujer como parra frondosa
en la intimidad de tu casa,
tus hijos como renuevos de olivo
alrededor de tu mesa.
alrededor de tu mesa.
4Ésa es la bendición del varón
que respeta al Señor.
que respeta al Señor.
5Que te bendiga el Señor desde Sión.
y gozarás de la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida,
todos los días de tu vida,
Explicación.
128 Género y colocación. Bienaventuranza
que canta la felicidad de la vida familiar en el contexto de Jerusalén e
Israel. El paradigma de la dicha está expresado con el
doble "dichoso" (1.2), el doble "bendecir" (4.5), el doble "bien" (2.5b) y el final "paz". Por su colocación, completa y corrige el precedente: menciona la esposa y exalta el valor del trabajo humano; no será "en vano" si lleva la bendición de Dios. La vida familiar está reducida a lo elemental: es monógamo y de familia numerosa. El padre atiende al trabajo, la madre a la casa; la mesa simboliza y realiza la unidad familiar.
doble "dichoso" (1.2), el doble "bendecir" (4.5), el doble "bien" (2.5b) y el final "paz". Por su colocación, completa y corrige el precedente: menciona la esposa y exalta el valor del trabajo humano; no será "en vano" si lleva la bendición de Dios. La vida familiar está reducida a lo elemental: es monógamo y de familia numerosa. El padre atiende al trabajo, la madre a la casa; la mesa simboliza y realiza la unidad familiar.
Las dos imágenes son
vegetales, parra y olivo; sugieren lozanía, fecundidad, crecimiento.
Parra o vid es imagen tradicional: p. ej. Is 5,1-7; Ez 19,10s. En un
segundo momento, tanto la vid como el olivo pueden simbolizar a Israel:
Jr 11,16. A través de dicho simbolismo pasamos al final del salmo:
Jerusalén es la madre, Israel son los hijos.
128,1 Son correlativos respetar al Señor y seguir los caminos que él nos traza.
128,2 Es bendición trabajar produciendo y disfrutar de lo producido: Is 65,21-23; Am 9,14.
Transposición cristiana.
La
clave se encuentra en el símbolo matrimonial de Cristo y la Iglesia,
según Ef 5. También es aplicable al sacramento del matrimonio, que
renueva la bendición genesíaca.
En clave escatológica: el cristiano disfrutará del fruto de su fatiga: Rom 8,18; Ap 14,13.(Mt 22,34-40; Lc 10,25-28)
28Se le acercó un letrado que había oído la discusión y notado lo bien que respondía, y le preguntó:
-¿Qué mandamiento es el primero de todos?
29Respondió Jesús:
-El primero es: "Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor; 30amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas". 31 El Segundo, éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay ningún mandamiento mayor que éstos.
32El letrado le dijo:
-Muy bien, Maestro, es verdad lo que has dicho, que es uno solo y que no hay otro fuera de él; 33y que amarlo con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo supera todos los holocaustos y sacrificios.
34Viendo Jesús que había respondido inteligentemente, le dijo:
-No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.
Explicación.
(12,28-34): Un letrado fariseo. Busca solución a una discusión de escuela (28). Respuesta de Jesús: En el AT no había un sólo mandamiento principal, sino dos: el amor/fidelidad a Dios era inseparable del amor/lealtad al hombre. Dios era el valor absoluto (con todo tu corazón, etc.), el hombre, relativo (como a ti mismo). Tal era el llamamiento hecho a Israel en la antigua alianza (Escucha, Israel, cf. Dt 6,4s), que los dirigentes han traicionado con su explotación del pueblo (11,17) (29-31). El ideal de amor propio del Reino será propuesto en la institución de la eucaristía (14,22-25; d. 10,45; 13,37). El letrado afirma la precedencia de estos dos mandamientos sobre los preceptos cultuales, que pretendían honrar solamente a Dios (32-33). Quien está por el bien del hombre no está lejos del Reino (cf. 1,15: enmienda). Invitación implícita de Jesús. El letrado no da su adhesión a Jesús. Teoría sin práctica (34).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. 2 Macabeos 7,1-2.9-14
1Arrestaron
a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y
nervios para forzarles a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.
2Uno de ellos habló en nombre de los demás:
-¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la Ley de nuestros padres.
9Y estando para morir, dijo:
-Tú,
malvado, nos arrancas la vida presente. Pero cuando hayamos muerto por
su Ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.
10Después
se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en
seguida, y alargó las manos con gran valor. 11Y habló dignamente:
-De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio. Espero recobrarlas del mismo Dios.
12El
rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los
tormentos. 13Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto.
14Y cuando estaba para morir, dijo:
-Vale
la pena morir a manos de los hombres cuando se espera que Dios mismo nos
resucitará. En cambio, tú no resucitarás para la vida.
Explicación.
7,11 Tres tiempos muy marcados: el don inicial, el sacrificio actual y la recompensa próxima.
7,14
Comienza el ataque verbal al tirano en una frase ambigua: ¿insinúa que
resucitará, pero no para la vida? Tal es la doctrina de Dn 12,2, que
opone dos tipos de resurrección; en cambio, el joven opone resucitar a
no resucitar para la vida.
Salmo. 124,2-5.7-8
2si el
Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando unos hombres nos asaltaban,
cuando unos hombres nos asaltaban,
3nos
habrían tragado vivos,
ardiendo
en cólera contra nosotros;
4nos habrían arrollado las aguas,
4nos habrían arrollado las aguas,
y el
torrente nos llegaría al cuello.
5nos llegaría
al cuello el agua espumeante.
7Salvamos la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
de la trampa del cazador:
la
trampa se rompió,
nosotros
escapamos.
8Nuestro
auxilio es el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.
Explicación
124
Género y
composición. El
v. 6 nos dice que el salmo es una acción de gracias por la liberación de un
peligro extremo. Es difícil definir el peligro concreto o la época de composición.
Es probable que sea postexílico. La composición se destaca por el desarrollo, a
lo largo de cinco versos, de una oración condicional con apódosis, de sonoridad
muy elaborada. La condicional irreal es más expresiva que la constatación: puede
deberse a distancia intelectual razonadora o bien a una emoción intensa que
rompe a expresarse apenas pasado el peligro. La
forma sintáctica no es frecuente: Jue 14,18; Is 1,9; Sal 94,17.
Imágenes.
Primero agua y
fuego. Si en la realidad los dos elementos se excluyen, en el plano simbólico
se acoplan y se funden: Is 43,2; Eclo 51,3-5. "Tragar vivos" se dice
del seol o el hades: Nm 16,30-33, texto
que añade el castigo del fuego. Se añaden dos imágenes opuestas y correlativas:
la fiera que desgarra con los dientes y el cazador que atrapa en la trampa. Si
en términos descriptivos el poema carece de precisión, en términos expresivos
la acumulación de imágenes es válida.
El
ámbito psicológico es el espacio donde se revela la acción de Dios. En el
límite vivido de nuestro ser, que es la contingencia, surge el ser total y
absoluto que nos sostiene.
124,1-2
Comienza de repente, de modo que el invitatorio retrasado interrumpe. Ocupan
los puestos extremos Yhwh, Israel y "hombre".
124,5
Para la imagen léase Is 8,8 en su contexto.
124,7
Imagen de sapienciales: Prov 6,5; 7,23.
124,8
Casi repetición de Sal 121 ,2; ha cuajado como fórmula litúrgica.
Transposición
cristiana.
Sobre el peligro de fuego yagua véase Mt
17,15. Agustín pone el salmo en boca de cristianos glorificados, especialmente
de mártires. Evangelio. Mateo 5,1-12
1 Al ver Jesús las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos.
2 Él tomó la palabra y se puso a enseñarles así:
3 Dichosos los que eligen ser pobres,
porque ésos tienen a Dios por rey.
4 Dichosos los que sufren,
porque ésos van a recibir el consuelo.
5 Dichosos los sometidos,
porque ésos van a heredar la tierra.
6 Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia,
porque ésos van a ser saciados.
7 Dichosos los que prestan ayuda,
porque ésos van a recibir ayuda.
8 Dichosos los limpios de corazón.
porque ésos van a ver a Dios.
9 Dichosos los que trabajan por la paz,
porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos.
10 Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad,
porque ésos tienen a Dios por rey.
11 Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por causa mía.
12 Estad alegres y contentos, que grande es la recompensa que Dios os da; porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han precedido.
EXPLICACIÓN.
Reacción de Jesús, subir al monte, lugar
de la presencia y actividad divinas. Va a promulgar el estatuto del
Reino, a definir la nueva alianza y a constituir el nuevo pueblo. Sube
al monte como Moisés y habla desde él como Dios: el Hombre-Dios.
"Pobres" (3), en la tradición judía, los pobres sociológicos; "eligen", lit. "por el/su espíritu", que indica un acto interior del hombre, de inteligencia, voluntad o sentimiento; en este contexto, de voluntad (= decisión, opción). "Los pobres por propia decisión" = los que eligen ser pobres. Jesús mismo lo interpreta en 6,24 (opción entre Dios y el dinero). Tienen a Dios por rey (lit. "de ellos es el reinado de Dios"), es decir, sólo con ellos actúa Dios como rey. El reinado de Dios pone fin a la miseria; no carecerán de lo necesario ni tendrán que someterse a otros para obtener el sustento (6,25-34). Esta pobreza se opone al acumular y retener bienes (6,19-21) y supone la disposición a compartir lo propio (6,22). Ésta es la buena noticia a los pobres (Is 61,1; Mt 11,15).
Las tres bienaventuranzas siguientes contienen una promesa de liberación, efecto de la opción por la pobreza.
Los que sufren (4), alusión a Is 61,1 donde se trata de la opresión de Israel. Jesús anuncia el fin de la opresión para la humanidad entera.
Los sometidos (5), según el texto de Sal 37,11: los que han perdido su independencia económica y su libertad y tienen que vivir sometidos a los poderosos que los han despojado. La tierra, universal: plena restitución de la libertad e independencia.
Esa justicia (6) condensa las dos bienaventuranzas anteriores: verse libres de la opresión, gozar de independencia y libertad.
Las tres bienaventuranzas siguientes definen la labor del grupo cristiano en medio de la sociedad.
Los que prestan ayuda (7), la misericordia expresada en obras.
Los limpios de corazón (8), cf. Sal 24,4, en paralelo con "el de manos inocentes": buena intención que se traduce en conducta sincera. Ver a Dios, la experiencia constante de su presencia. No cuenta ya la pureza de la ley, sino la del comportamiento, ni el encuentro con Dios en el templo (Sal 24,3; 42,3.5; 43,3), sino en la vida.
La paz (9): prosperidad, tranquilidad, derecho, justicia; en suma, la felicidad individual y social. Condensa las dos bienaventuranzas anteriores. Tal actividad hace al hombre semejante a Dios, por ser la misma que él ejerce con los hombres. No relación de siervo a señor, sino de hijo a Padre (cf. Os 2,1).
La última bienaventuranza (10) completa la primera (3) (ambas en presente y con el segundo miembro igual). La persecución no es un fracaso, y es consecuencia de la fidelidad a la opción inicial (5,3). La sociedad, basada en la ambición de poder, gloria y riqueza, no la tolera.
Las promesas de futuro (vv. 4-9) son efecto de la opción y fidelidad presentes (vv. 3,10). Liberación progresiva de los oprimidos por la existencia del grupo humano que opta contra los valores de la sociedad y crea una alternativa.
Para los discípulos (11s) desarrolla la última bienaventuranza. La sociedad ejercerá sobre ellos una presión más o menos cruenta. La reacción ha de ser de alegría. Su recompensa será la experiencia de que Dios reina sobre ellos. Con su modo de vivir, los discípulos toman el puesto de los profetas de antaño: hacen visible una nueva relación humana, que denuncia la injusticia existente.
"Pobres" (3), en la tradición judía, los pobres sociológicos; "eligen", lit. "por el/su espíritu", que indica un acto interior del hombre, de inteligencia, voluntad o sentimiento; en este contexto, de voluntad (= decisión, opción). "Los pobres por propia decisión" = los que eligen ser pobres. Jesús mismo lo interpreta en 6,24 (opción entre Dios y el dinero). Tienen a Dios por rey (lit. "de ellos es el reinado de Dios"), es decir, sólo con ellos actúa Dios como rey. El reinado de Dios pone fin a la miseria; no carecerán de lo necesario ni tendrán que someterse a otros para obtener el sustento (6,25-34). Esta pobreza se opone al acumular y retener bienes (6,19-21) y supone la disposición a compartir lo propio (6,22). Ésta es la buena noticia a los pobres (Is 61,1; Mt 11,15).
Las tres bienaventuranzas siguientes contienen una promesa de liberación, efecto de la opción por la pobreza.
Los que sufren (4), alusión a Is 61,1 donde se trata de la opresión de Israel. Jesús anuncia el fin de la opresión para la humanidad entera.
Los sometidos (5), según el texto de Sal 37,11: los que han perdido su independencia económica y su libertad y tienen que vivir sometidos a los poderosos que los han despojado. La tierra, universal: plena restitución de la libertad e independencia.
Esa justicia (6) condensa las dos bienaventuranzas anteriores: verse libres de la opresión, gozar de independencia y libertad.
Las tres bienaventuranzas siguientes definen la labor del grupo cristiano en medio de la sociedad.
Los que prestan ayuda (7), la misericordia expresada en obras.
Los limpios de corazón (8), cf. Sal 24,4, en paralelo con "el de manos inocentes": buena intención que se traduce en conducta sincera. Ver a Dios, la experiencia constante de su presencia. No cuenta ya la pureza de la ley, sino la del comportamiento, ni el encuentro con Dios en el templo (Sal 24,3; 42,3.5; 43,3), sino en la vida.
La paz (9): prosperidad, tranquilidad, derecho, justicia; en suma, la felicidad individual y social. Condensa las dos bienaventuranzas anteriores. Tal actividad hace al hombre semejante a Dios, por ser la misma que él ejerce con los hombres. No relación de siervo a señor, sino de hijo a Padre (cf. Os 2,1).
La última bienaventuranza (10) completa la primera (3) (ambas en presente y con el segundo miembro igual). La persecución no es un fracaso, y es consecuencia de la fidelidad a la opción inicial (5,3). La sociedad, basada en la ambición de poder, gloria y riqueza, no la tolera.
Las promesas de futuro (vv. 4-9) son efecto de la opción y fidelidad presentes (vv. 3,10). Liberación progresiva de los oprimidos por la existencia del grupo humano que opta contra los valores de la sociedad y crea una alternativa.
Para los discípulos (11s) desarrolla la última bienaventuranza. La sociedad ejercerá sobre ellos una presión más o menos cruenta. La reacción ha de ser de alegría. Su recompensa será la experiencia de que Dios reina sobre ellos. Con su modo de vivir, los discípulos toman el puesto de los profetas de antaño: hacen visible una nueva relación humana, que denuncia la injusticia existente.
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